Patricia Patiño contra Raúl Castelo

En la anterior administración municipal encabezada por Javier Lamarque Cano (1997-2000)

Por: Francisco González Bolón

El Cabildo entero se volvió una Babel, pues todos estaban en pleito contra todos.

Al Alcalde le quedaron entonces dos que tres incondicionales que levantaban la mano a cuanto pedía, pero muchos de sus compañeros de partido, entonces el PRD, se le voltearon e incluso exigían cuentas claras al munícipe.

La oposición, ni se diga, también vapuleaba a Lamarque Cano y hacia el final del trienio la imposición de Ascensión López Durán como candidato a la Presidencia Municipal de Cajeme dividió aún más a los perredistas, al grado que fue ese un gobierno de debut y despedida.

Hoy, la situación en el nuevo partido del Alcalde, Morena, no es mejor que entonces. Todos están divididos y buena parte de los morenistas solamente comparten sus simpatías por el Presidente de la República, pero difieren de los dos últimos alcaldes emanados de ese órgano político.

Pero ambos, Lamarque Cano y Sergio Pablo Mariscal Alvarado, llegaron al puesto derivado exclusivamente del carisma del Jefe del Ejecutivo federal. De otro modo, difícilmente habrían encabezado el gobierno cajemense.

Los primeros signos de división ya se ven, quizá no en el equipo compacto de Lamarque Cano, pero si en una de sus fuerzas políticas representada por la Presidenta del DIF y Directora de Itesca, Patricia Patiño Fierro.

Y es en Itesca precisamente donde los problemas comienzan a surgir, a pesar de que han tratado de minimizarlos.

Por ejemplo, en la colocación de personal. Es de tal grado la necesidad de cumplir compromisos políticos adquiridos en campaña que debieron abrirse plazas laborales que la administración de Gabriel Baldenegro Patrón había cerrado, por innecesarias.

Hoy se han abierto y la nómina de esa Universidad se ha ampliado notablemente, como por ejemplo con tres plazas en Vinculación, cuando solamente se necesita una y muchos critican que Patiño Fierro casi no ser aparece por sus oficinas.

Pero el problema mayor se advierte en el choque contra otro equipo morenista, el encabezado por Raúl Castelo Montaño, el diputado que se ha dado el lujo de llegar a las oficinas y pedir el retiro de unas personas porque con él llegan sus remplazos.

El hecho de que le estén poniendo tanta gente de Castelo Montaño, cuentan los de Itesca, ha irritado notablemente a la Directora, pero curiosamente no ha podido actuar porque les dice el legislador que él viene con la bendición de la oficina más refrigerada de Palacio de Gobierno en Hermosillo, aunque en realidad en algunos casos no se cumpla con el perfil como para los cargos otorgados.

Este choque entre morenistas, dicen quienes lo están observando de cerca, pronto habrá de sacar chispas porque cada quien obedece a la firma que le llevó a sus puestos y mientras tanto el renglón educativo se está dejando de lado.

Cualquiera en su sano juicio observaría que los cargos en las instituciones educativas no sean repartidos para cumplir con compromisos políticos, sino que deben apoyarse en los académicos que ya tienen una trayectoria dentro de las universidades.

Si no, cada sexenio el rumbo de ellas va a ir cambiando conforme la ideología, si es que tienen, de los gobernantes en turno.

El sector educativo no está para andar haciendo experimentos cada tres o seis años. Y eso se refleja en la escasa calidad de algunos profesionistas egresados, que no son mayoría por fortuna.

Si queremos que Sonora sea mejor, habrá que comenzar precisamente por la educación.

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