Para la revisión del T-MEC en 2026

En esta tienen que ver los intereses de los tres países, pero para México será de gran importancia para consolidarse como destino competitivo

Por: Mario Saucedo Gómez

A veces se piensa que es temprano el empezar a comentar que se revisará el acuerdo comercial denominado T-MEC, entre Estados Unidos, México y Canadá por esto será hasta el 2026.

Pero solamente es preparase para lo que podría ser un mejor funcionamiento de este acuerdo, que beneficie a todos los sectores productivos mexicanos, considerando que hoy las realidades son diferentes.

Y más lo serán en el tiempo que corresponda sentarse a las mesas de los diferentes temas que integran este importante documento que une a la región de América del Norte.

Porque el anterior acuerdo comercial, denominado TLC, estuvo vigente durante más de dos décadas, que fue el inicio de las relaciones de intercambio comercial entre los tres países.

Y como en el artículo 34.7 del T-MEC se establece que esta primera revisión debe de abordar su adecuado funcionamiento, recomendaciones y medidas apropiadas y además su continuación por 16 años más.

Que con los cambios que presentan las economías hace necesario el análisis, para determinar qué ha funcionado como se estableció en el origen del acuerdo y qué no ha sido así.

Y en esta revisión necesariamente tienen que ver los intereses de los tres países, en todos los rubros que integran este acuerdo que hoy va más allá que sólo el intercambio de mercancías.

Para México será de bastante importancia la revisión de la estrategia del denominado nearshoring, porque a partir de las evaluaciones que realicen los tres países deberá de consolidarse como destino competitivo.

Porque el T-MEC deberá de ofrecer un sólido marco de referencia que incentive la inversión y la relocalización de empresas en el país, y es ahí donde la participación mexicana deberá de dar certidumbre.

Que en este propósito la participación del empresariado mexicano de todas las actividades productivas del país, conjuntamente con la Secretaría de Economía federal, deberá ser base de las propuestas.

Considerando que la participación de la iniciativa privada es clave en esta revisión, porque reflejarán sus necesidades de forma directa, con base en la experiencia que se ha obtenido hasta hoy.

Y esta revisión, por la necesidad de actualización por los tiempos que se viven, tendrá sobre la mesa del análisis la revisión de las reglas con las que funciona y su viabilidad en la realidad.

Temas de relevancia serán la tecnología digital, de bastante crecimiento en la actualidad, así como el interés de los tres países en analizar el desarrollo del sector automotriz.

Otro tema prioritario será la promoción de prácticas sostenibles, fomentar la innovación tecnológica y la mejora de la competitividad, donde será importante la migración a tecnología limpias.

De la misma forma se presenta la oportunidad para lograr el impulso al desarrollo agropecuario de México, considerando la necesidad de que se logre alcanzar la autosuficiencia alimentaria nacional.

Esta revisión busca alcanzar una mejor integración de América del Norte, considerando que este acuerdo comercial es el medio que les permitirá asegurar el crecimiento a las tres economías.

La posición mexicana deberá ser estratégica, donde la certidumbre para la inversión extranjera jugará un papel fundamental en esta primera revisión del acuerdo comercial.

Un elemento fundamental para el impulso al desarrollo económico del país, es mantener en buenas condiciones la infraestructura carretera que, según el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), en los últimos 35 años no se les ha dado un mantenimiento correcto, afectando el traslado de mercancías y otras actividades, como el turismo… Lo que hoy se observa, es que el principal proveedor de maíz de México tiene problemas para el traslado de este producto agrícola al país por falta de transportación ferroviaria… Interesante el análisis donde se establece que México está en el tercer puesto de los países que mejor ofrecen retribución a la inversión financiera después de Rusia y Brasil, al indicar una tasa objetivo de 5.49% anual.