Niño bonito

Por: Eduardo Sánchez

Hace algunos años escuché por primera vez la canción “Beautiful Boy”, de John Lennon, que compuso cuando nació su segundo hijo, Sean Ono Lennon, y, sinceramente, me parece una de las más hermosas canciones de cuna que haya escuchado. Esta canción, en una de sus estrofas dice: Life it´s what happen to you while you´re busy making another plans— que se traduce como “Vida es lo que tienes ante ti mientras tú estás ocupado haciendo otros planes”. Parte de la magia de las canciones es eso; que te nutren de alguna manera. Que te “abren los ojos” y te hacen sentir, y a mí, este mensaje me ha ayudado a enfrentar esas ansias locas que tanto inquietan el alma. Me ha motivado a luchar contra esa desesperación incontrolable que constantemente te quiere corroer las entrañas. Me incita a tratar de vencer ese miedo que me causa pensar en el futuro, olvidando que el presente es lo único que tengo.


Creo que el estar ´fuera de onda´, ‘abstraídos’ de nuestra realidad es algo muy común para la mayoría, más no por eso es bueno. Y, es que, por lo general, perdemos de vista tanta belleza y tantas bendiciones a nuestro que están aconteciendo a todo momento, pero nosotros nos enfocamos en los pesares; en lo malo, pasando gran parte de nuestro tiempo quejándonos de todo; qué si hace aire porque hace aire; qué si hace calor porque hace calor; que no me alcanza el dinero; que nadie me pone atención; que no tenemos un buen cuerpo; que mi equipo perdió; que luzco más viejo; y así, un sin fin de reclamos y de lamentos por todo lo que sucede a nuestro alrededor, y en nuestro interior, provocando que nunca nos sintamos bien y a gusto para disfrutar de la vida. La vida, ese anhelo infinito que nos exige despertar la conciencia para entender el sentido, y quizá, hasta para encontrar a Dios o algo que le dé sentido a nuestra existencia. Pero nunca es tarde para recomenzar, más ahora que estamos a mitad del año. Entonces nos daremos cuenta que la vida está llena de grandes simples milagros. Que somos afortunados al poder querer lo que tenemos aunque no tengamos lo que queremos. A podernos levantar en las mañanas y escuchar el canto de los pájaros. De poder disfrutar del color de las flores. De las palabras de un ser querido. De tener un trabajo, por más humilde que éste sea. De tener algo o alguien en quien creer. De que alguien crea en ti. Del poder disfrutar de nuestra música favorita y del silencio profundo. De los olores y las despedidas. De los recuerdos. De los fracasos y de todas esas pequeñas cosas que van llenando poco a poco el día a día de nuestras vidas, y que, al final del tiempo, llevaremos como las joyas del tesoro de nuestro corazón que aún puede latir.


Te propongo disfrutar de todo, incluso del dolor, de las noches, por más obscura que éstas sean; de la soledad y del olvido. De los saludos fingidos; de los amores idos; de las hojas que caen en lo recién barrido, de los lienzos sin terminar, de los brindis escasos, de las canciones de cuna y de los abrazos por dar, después de todo, esto es lo que nos ha tocado vivir, aunque nosotros tengamos otros planes.




“Y al final el amor que te llevas es igual al amor que diste” John Lennon



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