Migración amenazante

Milicia civil de Estados Unidos busca detener la migración, que, aseguran, está fuera de control

Por: Francisco González Bolón

Muchos ciudadanos de Estados Unidos están atemorizados. En Texas, por ejemplo, ya dicen: "Sabemos que si Texas cae, el resto del país también caerá".

Así piensan los integrantes de una milicia civil denominada Patriots For America, o Patriotas Por América, que busca sobre todo detener el incremento histórico del flujo migratorio que, según ellos, está fuera de control.

Este grupo paramilitar, que viste chalecos antibalas y porta armas de fuego, es solamente un ejemplo del pensamiento de los ciudadanos estadounidenses que ven en la llegada de migrantes un peligro para la supremacía blanca, sus empleos y sus patrimonios.

Quizá desde Sonora esa presencia "militar" de ciudadanos comunes pareciera un juego o que no se atreverán a hacer daño a los migrantes, pero debe tenerse cuidado porque el pensamiento de esas personas es totalmente racista y extremista, de tal modo que puede desencadenar problemas mayores si se les permite actuar en verdad.

Ya en la entidad se ha tenido un acercamiento a ese tipo de fuerza anti migrante cuando en 2005 miembros de la milicia civil Minuteman llegaron a la frontera de Arizona para vigilar la frontera con México.

Samuel Hall, presidente de la agrupación en Texas, señala que la milicia está respondiendo al llamado de auxilio de residentes de comunidades fronterizas y rancheros, cansados de que sus viviendas sean invadidas, de perder sus animales porque los migrantes rompen las cercas a su paso y de que roben sus autos.

En ese coro de lamentos, el odio se fomenta, crece y se desborda.

¿Hasta cuándo permanecerá pasivo, solamente como vigilante ese grupo extremista?

No se sabe, pero las autoridades de Estados Unidos deben poner mucha atención a ese tema y, en México, buscar soluciones para evitar la salida de tantos connacionales, pero no con dádivas como las que se fueron a pedir a la ONU sino con la creación de empleos bien remunerados.

Aunque para algunos parezca un tema de poca monta, la migración parece ir profundizándose en la medida en que en muchas naciones se van profundizando los contrastes entre los ricos y los pobres, pero sin políticas públicas capaces de atender esa diferencia más allá de programas populistas que ayudarán uno o seis años, pero no irán a la raíz de los problemas.

Si en Latinoamérica no hay gobiernos capaces de atemperar o desterrar la miseria, no puede la sociedad conformarse con la sobada frase de que "siempre habrá ricos y pobres".

Habría que combatir la corrupción pero en forma adecuada y no con quitar el apoyo a un grupo para dárselo a otros en materia de licitaciones de obras o beneficios fiscales sino de manera integral, sin beneficios para unos cuantos sino desarrollo integral.

Solamente con oportunidades por igual para todos, alejadas de compadrazgos y amiguismos, se podrán vencer los obstáculos que hoy frenan a los gobiernos para ensanchar un crecimiento económico justo que, alejados de ínsulas ideológicas, brinden mayor bienestar para todos, sin privilegios.

Quizá sea una propuesta utópica, bajo el entendido que ni capitalismo ni socialismo han podido desterrar las desigualdades sociales, pero bien vale la pena intentarlo en bien de las actuales y futuras generaciones.

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