Para lograrlo se tiene que formalizar el trabajo manifestado en productividad; a partir de ello, se disminuyan los días laborables
Por: Mario Saucedo Gómez
Desde siempre se ha platicado en la parte política del país, la búsqueda de que la jornada laboral sea de40 horas y los argumentos sociales son infinitos, pero hasta ahora no se había propuesto de forma real.
Pero esa solicitud ya forma parte de la agenda de la legislación federal y será interesante ver cómo se realizan los análisis del planteamiento para acordar que la jornada laboral sea de 40 horas, cuando esta determinación forma parte de todo el desarrollo económico nacional.
Porque no solamente es la reducción de horas laborales y marcarlo como un triunfo social porque eso sería análisis sin la real seriedad que corresponde a este tipo de temas que son de repercusión nacional.
Y más que todo en el ámbito económico del país, cuando hoy en día se trata de avanzar de manera satisfactoria en que la economía retome su paso y se prepare para lo que sigue que es la búsqueda del bienestar.
Que para lograrlo, necesariamente se tiene que formalizar lo que viene siendo el trabajo real o sea manifestado en productividad para que a partir de ello, se disminuyan los días laborables.
Porque es muy importante tener claro que el crecimiento económico de un país es el aumento de la cantidad de bienes y servicios durante un año y su medición está determinada por el Producto Interno Bruto.
Y que para la economía presente el crecimiento que requiere el país, necesariamente esta cantidad tiene que continuar en ascenso cada año y esto sólo se logra con productividad en el trabajo.
Porque es claro que el incremento en la producción se refleja en el aumento de la riqueza nacional y necesariamente en mayores ingresos para las personas yesos indicadores manifiestan bienestar.
Es cierto que por ahí se dice que el sector laboral mexicano es el que más horas le dedica al trabajo, pero es importante determinar cuánto es tiempo productivo e improductivo.
Porque el productivo se demuestra con la productividad de las actividades laborales y el improductivo nada más con la permanencia en el lugar de su desempeño si el presentar resultados efectivos.
Y es ese sentido en México, todavía no logra alcanzarlos índices de productividad que permita decirse que sus niveles alcanzados en desarrollo laboral efectivo, están en los primeros niveles mundiales.
Como para poder manifestar que el país está entre los primeros diez más competitivos hoy cuando se posiciona como el destino más viable para la inversión extranjera.
Porque México en competitividad se encuentra en el lugar 37 de 43 países evaluados y eso es un indicador de mucha importancia para tomar la determinación de reducir la jornada laboral a 40 horas.
Y es un indicador de bastante importancia, si lo que se quiere hacer con la disminución de la jornada laborales de ayudar a la economía del país y que su planta laboral se beneficie.
Porque si no es así, México todavía en su posición de nación subdesarrollada, todavía no está preparada para la disminución de su jornada laboral porque con eso no se lograrán alcanzar los niveles de bienestar.
Menos trabajo, significa menos producción y ese indicador no es el mejor en la búsqueda de mejores condiciones de bienestar para una sociedad, que busca siempre vivir mejor.
DEL ESCRITORIOA propósito de la propuesta de la reducción de la jornada laboral a 40 horas, se dice que el 55.77% de los mexicanos viven preocupados por el dinero y puede ser que se hayan quedado cortos en este indicador porque pueden ser mas y serán más cuando ya la economía no genere recursos porque es poco lo que produce por el menor tiempo laboral…... Los comentarios de la política hacen pensar que México acaba de crearse como país, a partir del año 2018 y difícilmente se puede creer que así fue porque la acumulación de tantos pendientes no pueden ser en tan poco tiempo, aunque parezcan absurdas las medidas para atender los rezagos…... Desde los mejores tiempos de la economía mexicana, nunca se había visto una solidez tan permanente como la que hoy presenta la paridad peso-dólar, aunque no todos se beneficien.