Los pescadores del sur

Dificultades económicas

Por: Gerardo Armenta

En el marco general de crisis existente en una coyuntura como la de hoy, los pescadores del sur de la Entidad también afrontan dificultades económicas que han reducido los alcances de su nivel de vida. En realidad, la de ellos es una crítica y difícil situación existencial por la que atraviesan desde hace varios años. Sin duda, lo que ha ocurrido es que su perspectiva general se ha complicado todavía más.

Ciertamente, en rigor se trata de una adversa situación general por la que han venido atravesando desde hace varios años. Como se sabe, en días recientes se llevó a cabo en Yavaros un denominado Foro de Productores del Sector Pesca Ribereña. Como se nota de buenas a primeras, por nombre oficial no quedó en ese evento. Pero mejor habría que preguntar por resultados verdaderos en favor de los pescadores.

Tal podría ser otro cantar. En el foro del que se habla estuvieron funcionarios de Sagarhpa y Conapesca. Ante ellos, los pescadores hablaron directamente y abordaron, como fue propio que lo hicieran, diversos problemas. La enumeración de éstos debió resultar abrumadora para quienes estaban para tomar nota, muy seria y solemnemente, con la idea de bosquejar o plantear soluciones. Por lo menos, tal es lo que cabría suponer con toda la ingenuidad o buena fe del mundo.

Y es que en realidad abruma sobremanera detallar la forma en que los pescadores sureños tienen que batallar cotidianamente para ganar el sustento existencial. Por ejemplo, un problema de los varios que asumen, es el que tiene que ver con el alto costo de los permisos de pesca para callo de hacha. Enfrentan también una escasez de especies en el mar. No tienen apoyos para adquirir motores y redes. La bahía en que deben trabajar está contaminada. Todo esto parecería Increíble. Pero aquí falta algo. Sí. Los tiburones y su inesperada y más o menos frecuente incursión en aguas de pesca con el grave riesgo para vidas humanas que eso entraña.

Sin embargo, no para allí la adversidad de los pescadores sureños. Tome usted nota de lo siguiente: Anteriormente, por cuatro años de permiso, pagaban mil 200 pesos para la extracción de callo de hacha. Hoy tienen que pagar más de...20 mil pesos. Allí sí que la inflación burocrática en perjuicio de los pescadores no es ningún truco. ¿Pero quién autorizará esas agresiones, no en despoblado, sino a ras de playa, dicho sea, así para estar a tono? Pues sin duda, alguno o varios de esos funcionarios que suelen hablar tan bonito cuando en los discursos asumen la defensa de los trabajadores.

Ramón Valenzuela Ruelas, presidente de la Cooperativa Loma Parda de Yavaros, dijo al comentar todo lo anterior: "Estos costos complican la ya de por sí difícil situación que enfrentamos, por lo que esperamos que las autoridades de los tres niveles de Gobierno nos apoyen". Quizá bastaría con un solo nivel de Gobierno que les brindara apoyo. Pero si pueden ser los tres, mucho mejor para los pescadores. Con respecto al camarón, Valenzuela Ruelas dijo cosas interesantes.

Todo mundo sabe que el camarón es un producto caro llevado a la gastronomía. Pero los pescadores tienen cuatro años de problemas con la temporada del también llamado crustáceo. ¿Por qué? "Ya que ni siquiera sacamos para pagar las redes", dijo el líder de trabajadores del mar en Yavaros. También está el caso de las jaulas y los brazaletes como protección contra los tiburones, pero que, de todas maneras, igualmente tienen un costo que hay que cubrir. Cabe entender que no hay apoyos en ese sentido.

En realidad, hasta donde es posible inferirlo, los pescadores del sur no tienen mayores apoyos de nada. Están en realidad solos con su voluntad, valentía y necesidad para enfrentar los peligros del mar, los más habituales, y todavía mucho más desde que en aguas regionales se hicieron visibles los tiburones. Esta es una historia trágica, pero ampliamente conocida en esta parte de la Entidad, donde los pescadores están a la espera de una ayuda oficial que ojalá pronto tome debida forma.

Se supone que esencialmente para eso se llevan a cabo reuniones de análisis y trabajo como la que se efectuó recientemente en Yavaros, y que aquí hemos querido comentar a grandes rasgos, pero sin soslayar los puntos importantes que la caracterizaron. Empero, el riesgo siempre latente de esa clase de reuniones es que terminen con el curioso balance que postula algo así como mucho ruido y pocas nueces, así se haya hablado del mar y los quebrantos existenciales de los pescadores. Veamos qué sucede...

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