Los chairos

Estos personajes creen que los de clase media o alta son porque los gobiernos anteriores les dieron privilegios

Por: Jesús Huerta Suárez

Y, después de 18 años de corretear la presidencia de la república con doscientos pesos en la bolsa, López Obrador, la alcanzó y llegó al trono y, junto con él, aparecieron como por arte de magia en todas las calles de las ciudades, en las redes sociales y en cada rincón de esta patria querida que no ha dejado de ser exprimida por todo partido político, una horda de personajes conocidos como los “chairos”.

“Chairos” que dicen representar las “causas” o son simpatizantes de la izquierda política, y que aseguran “estar peleando por una mejor patria”, cuando no cuestionan en lo absoluto a su amado caudillo que representa un mundo de ilusiones para ellos.

Sí, dije ¡La izquierda! Esa obtusa ideología, como la derecha, que pregona cambios políticos y sociales que brinden igualdad para todos y más intervención del estado en lo económico, (cuando, prácticamente, todas las dependencias y organismos del gobierno están en números rojos por corrupción e ineptitud, sí, cómo siempre ha sido), pero ahora parecen no tener ni la más remota idea de cómo gobernar, porque como dice el presidente, “gobernar no tiene ciencia”, y ahí los resultados, además de que él, que pone y dispone de todo sin escuchar a nadie, más que a los chairos que se la viven alabándolo, en su vida ha trabajado, y por eso dedica tanto tiempo a estar hable y hable para que sus fans repliquen sus mensajes.

El caso es que estos personajes, los chairos, creen que los que son de clase media o alta económicamente hablando, lo son porque los gobiernos anteriores les dieron privilegios; privilegios, “perdieron sus privilegios”, otra de sus palabritas favoritas que utilizan cada vez que pueden. Y es que muchos de ellos viven resentidos por las malas condiciones socioeconómicas en donde han crecido y culpan, siempre, a otros de las causas de sus males, lo mismo que su líder, siempre culpando a otros de sus fallas, cuando de cambiar todo esto se trata.

Los chairos son de varios tipos: los aguerridos provocadores que tiran odio todo el tiempo, ya sea por gusto o pagados por el régimen y que, por lo general, no saben escribir. Están los mesurados, que atacan y opinan, pero sin agredir. Los intelectuales que consideran perfecto a su comandante pero que, muchos de ellos, sí obtienen verdaderos privilegios del gobierno, como puestos, becas, apoyos, y demás prebendas, y claro que es necesario incluir a la gran granja de bots que este gobierno tiene trabajando 24/7 que, al igual que la mayoría de ellos, no dan la cara, siendo que dicen estar “luchando por una causa” y defendiendo al “mejor presidente del mundo”, como ellos juran. Por algo será.

Los hay, también, fanáticos que no aceptan yerros, que todo defienden.  Los Ilusos que no quieren despertar de sus sueños de opio, los fanáticos y los convencidos.

Los chairos no hablan de logros, que sí los hay, pero no los saben y, por otra parte, afectan al patrón haciéndolo creer que es infalible, perfecto, pero verás que estos serán los primeros en saltar del barco cuando no les llegue el tan llevado y traído “bienestar”, o cuando salgan a relucir la gran serie de corruptelas en las que este gobierno está inmerso. Claro, como los anteriores.

Los chairos olvidan que el apoyo a adultos mayores y estudiantes, que se hace al libre albedrío y sin un estricto control, se dice, sale de sus propios bolsillos. Los chairos no quieren a México, quieren a un caudillo que aun cuando los insulta diciéndoles ignorantes, mascotas, entre otras, cosas representa al resentido social, como ellos, que logró llegar a la presidencia.

Seguro te ha tocado el clásico, “Facho”, ¿dónde estabas cuando Calderón (su villano favorito) y los del PRIAN (que por cierto los peores ya están en su partido) estaban robando a manos llenas?