Por: Mauricio Flores
Un mes después del aumento consecutivo de contagio y de muertos por covid, Hugo López Gatell reconoció la existencia de una tercera ola que llegará a su cresta a mediados de agosto próximo, siendo por tanto el momento de mayor riesgo las vacaciones de verano… cosa que no parece atemorizar a los viajeros nacionales dada la percepción de que hay ofertas de precios que no se repetirán y es la oportunidad de escapar del encierro, actitudes que confirma un estudio realizado por el Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur) que dirige Francisco Madrid.
Cicotur, el think tank basado en Universidad Anáhuac y soportado por sus alianzas con la industria turística mexicana, elaboró en mayo pasado una profunda investigación apoyada en encuestas y análisis socioeconómicos para estimar la conducta (y capacidades) de los consumidores para tomar vacaciones en una de las tres temporadas fundamentales de viaje, partiendo que el mercado interno genera consumos por 2.7 billones de pesos… del cual el 71.9% se concentra en el 20% de la población con mayores ingresos.
La investigación revela que las ganas de viajar se apoyan fuertemente ante la percepción de ofertas. Ello se reconfirma con la fuerte guerra de precios que por ejemplo hoy tiene lugar en la Riviera Maya, ya que los hoteleros -agrupados en la Asociación de Hoteles de Cancún que encabeza Javier Aranda- buscan mantener el flujo de efectivo que mantenga la operación de sus instalaciones lo que resta del año.
Los viajeros, junto con el escape del encierro, la convivencia al interior de la familia es un acelerador de viajes, la visita a la familia, lealtad a las marcas turísticas, el uso de tiempos compartidos y la sustitución de viajes nacionales por internacionales, señala el Cicotur.
Pero el freno está en el impacto de la recesión sobre las familias; la aversión al riesgo ya sea al contagio o la inseguridad pública, así como la reducción de frecuencias aéreas y encarecimiento de tarifas en ciertas rutas.
Tome su traje de baño.
TRAFIGURA, SE ACABÓ EL NEGOCIO
Desde el jueves pasado se supo que se acabó el negocio que durante 10 años obtuvo de Pemex el comercializado Trafigura, dirigida por Katia Eschenbach y aliado con Miguel Nagel, pues la empresa productiva del estado ordenó a su filial PMI suspender nuevos acuerdos con el comercializador hasta nuevo aviso. Conforme a Reuters, no es público el motivo de tal decisión, pero se conjetura que responde a los señalamientos de corrupción que se han hecho contra Trafigura en diversas partes del mundo y su presunta relación con Vitol, la firma que dirige Luis Roca, la que tuvo que pagar una caución de 164 millones de dólares en EU y Brasil tras aceptar que entregó sobornos a funcionarios mexicanos, brasileños y ecuatorianos. Por ahora se mantiene un contrato sobre Pemex para venderle de manera exclusiva durante 10 años naftas pesadas y gas con un valor superior a 1,500 millones de dólares (incluida la construcción de una terminal y fraccionadora dentro de las instalaciones de Pemex en Burgos), mismo que se firmó durante la dirección de Emilio Lozoya y que ahora es objeto de una profunda revisión por parte de la administración de Octavio Romero.
HOY, PROGRAMA CARRETERO
Este lunes el Colegio de Ingenieros Civiles de México que preside Luis Rojas, conocerá el programa de inversión carretera que hará el director de desarrollo carretero de la SCT, Rogelio Rivero, del cual se esperan importantes decisiones y acciones que eleven la competitividad estructural e impulsar la recuperación económica. Una decisión sería el anuncio de licitación nuevamente de programa de Mantenimiento, Reparación y Operación (MRO) del Sureste por parte de Banobras que dirige Jorge Mendoza, y valuado en unos 20 mil millones de pesos a 10 años. Previamente, Capufe, de Julita Veites, intentó efectuar ese proyecto con recursos presupuestales que, obvio, no tiene.
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