Por: Eduardo Sánchez
Pareciera que la región sur-sureste del país va a estar de moda en los próximos años, pero no necesariamente eso significará que se vayan a superar los problemas ancestrales que padecen estados como Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Veracruz, Campeche o Yucatán, que “pese a sus riquezas naturales, culturales o gastronómicas” registran hoy amplias zonas de pobreza y marginación. Es decir, con únicamente mirar al sur no se resuelven en automático sus conflictos de décadas; hay que llevar a la práctica los planes y proyectos que ya ha anunciado la actual administración federal en coordinación con los gobiernos estatales de aquella región.
MARTÍN ESPINOSA
Ejemplo de ello es el trabajo que realizan los distintos líderes sociales y políticos que, sin importar partido o ideología, se han unido en un solo proyecto, como el llamado Pacto Oaxaca, Hacia un Sur Sureste del Futuro, que contempla reactivar la economía de los nueve estados del país que forman esa región geográfica a través de vías ferroviarias, puertos, transportación y almacenamiento de gas natural, carreteras, refinerías y el ambicioso Tren Maya, que sería un proyecto de enorme trascendencia económica y social en toda la zona.
Recientemente, al rendir su primer informe como senador de la República por el estado de Yucatán, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín señalaba, con mucha precisión, que “la Federación tiene una enorme deuda con el estado, por lo que es indispensable que se confíe en nuestra probada capacidad, pues nuestro estado ha logrado uno de los mayores índices de desarrollo en el país”.
Es mucho lo que se aporta a la Federación, pero muy poco el apoyo que en los últimos años ha recibido para su desarrollo. Hacen falta tarifas eléctricas equitativas; muchos emprendedores de la Península llegan a pagar tarifas hasta 180% más elevadas que en el resto del país. Es importante que se realice la inversión que se necesita para producir energía en el estado, pero, además, buscar que se resuelvan todos los asuntos que aquejan a los pobladores de la entidad, que reciben uno de los salarios más bajos a nivel nacional.
“No pedimos exención de deudas millonarias, no pedimos subsidios, lo que estamos pidiendo exclusivamente es que se preste la atención debida al esfuerzo de Yucatán, pero, sobre todo, a la disposición yucateca por el estudio o la innovación, pues eso es lo que ha logrado que en los últimos seis años el crecimiento de Yucatán esté por arriba de la media nacional”, explicó Ramírez Marín.
Un ejemplo sería el impulso de alternativas para la producción de gas natural y la construcción de infraestructura para energías alternativas. Ello favorecería un impulso a toda la zona sur-sureste para combatir el aumento en el costo de los servicios.
Decidido impulsor de propuestas legislativas que se relacionan con la protección a las abejas y la apicultura, el cuidado del medio ambiente y el impulso al desarrollo económico e industrial de su estado natal, el senador Ramírez Marín confía en que, con el ritmo de crecimiento que ha tenido Yucatán en los últimos seis años, cuatro de los cuales ha estado por arriba del PIB nacional, se puede ayudar a detonar toda la región, lo que empujaría a salir del estancamiento económico en que se encuentra el país.
Y, más allá de diferencias partidistas, el legislador priista hizo énfasis en reconocer el trabajo realizado desde el gobierno local, que encabeza Mauricio Vila, pues consideró que cuando se trata de impulsar a Yucatán, no deben existir sesgos de partido o electorales.
“Por ese motivo hemos apoyado las gestiones que encabeza el gobierno del estado; en esta causa no hay condiciones ni puede haber cálculos partidistas. Sería ilógico no apoyar la continuidad de esta causa y, además, perderíamos la oportunidad de empleo digno para miles de jóvenes yucatecos”, subrayó el legislador.
Tanto el gobierno como la iniciativa privada y el resto del país pueden confiar en Yucatán, en donde una nueva generación de empresarios germina y, más allá de las empresas de sus padres y sus abuelos, empiezan el camino abriendo futuro. Sólo por poner un ejemplo, de cuatro años a la fecha, el estado ha tenido un incremento de 20% en nuevos cuartos de hotel para atender al turismo, una de sus principales industrias. El futuro es promisorio, siempre y cuando se apoye su desarrollo.