Las pérdidas en ingresos en el campo cultural a consecuencia de la pandemia
Por: Jesús Carvajal Moncada
Un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), sobre la situación de once países latinoamericanos, incluyendo México, muestra que las pérdidas en ingresos en el campo cultural a consecuencia de la pandemia, alcanzaron un 80 por ciento, lo que afectó seriamente, no sólo la producción y circulación de productos, sino que dicha situación representó una baja considerable en la calidad de vida de artistas, productores y toda persona relacionada con el medio.
Ante esto, es sabido que cines, museos, teatros y otros espacios artísticos y culturales fueron de los primeros espacios en cerrar sus puertas. Las escuelas hicieron lo mismo, aunquecontinuaron labores a través de plataformas educativas y de videollamadas. Los deportes por su parte, también suspendieron actividades, pero cuando fue posible prosiguieron con sus competiciones a puerta cerrada, y en las ligas más poderosas, las transmisiones por televisión e internet ayudaron a que el paro de labores no fuera muy prolongado. De hecho, es probable que de las industrias de entretenimiento que requieren de público en sus espacios, la deportiva sea la que se ha estado recuperando con mayor rapidez.
Las artes y la cultura, por su parte, han debido batallar más, principalmente para quienes requieren de un trabajo continuo. De éstas, el cine es con gran probabilidad lo que ha retornado más rápido a sus actividades normales con la apertura de salas y con una serie de producciones, que, si bien tuvieron una interrupción esperada durante la fase más crítica de la pandemia, están de vuelta en su imparable dinámica habitual. El resto de las artes, apegadas a su propio ritmo, han estado igualmente tratando de reconectar con su público, aplicando estrictos protocolos de higiene, para que el proceso de retorno a la vida cultural sea cada vez más seguro.
Las instancias que dependen de un presupuesto, en alguno de los niveles de gobierno, enfrentan un arduo proceso de gestión y las dificultades propias de las administraciones en turno que consideran otras áreas como más prioritarias para apoyar. Los artistas independientes en tanto, buscan las formas menos costosas de hacer circular sus productos.
Es tiempo, por tanto, de alianzas estratégicas entre el sector público, las universidades y la iniciativa privada, esta último considerada ya como elemento central, si se le hace ver, no sólo la posibilidad de la cultura como generador de ganancias monetarias y empleos, sino como factor de cohesión social. Esto es algo que destaca el informe ante la necesidad de encontrar mecanismos que lleven a las artes a un posicionamiento más sólido en la sociedad. Se habla incluso, de una reinvención de lo cultural, justificada aún más por los meses de confinamiento.
Otro elemento importante que ha emergido es la comunicación digital, que jugó un papel muy importante durante la interrupción en muchos lugares de las actividades presenciales. Incluso, las artes contaron con espacios de difusión en plataformas digitales, pero requieren de aprovecharse más todavía para contactar con la sociedad y despertar mayor interés en la asistencia a eventos.
Los análisis continuarán y habrá reuniones en diversos espacios geográficos. Algo que ha quedado claro hasta el momento es que la cooperación entre todos los interesados es estrictamente necesaria para atender los efectos de la pandemia en lo cultural y generar así una dinámica que beneficie a la población.