Historias del Mayo
Por: Felipe Gutiérrez Millán
Asilo de Ancianos “San Juan de Dios”. – A principios de los años veinte del siglo pasado, hace aproximadamente 100 años, arribó a esta ciudad un hombre de origen estadounidense, altruista y visionario, su nombre Francisco A. Byerly. Llegó acompañado de su esposa, Helene Stille, ambos de religión evangélica, y se dedicaron inicialmente al comercio de artículos extranjeros y a tomar fotografías que ofrecían a sus clientes.
A finales de esa década Francisco A. Byerly formó la Logia Masónica, que hoy lleva su nombre, y en junio de 1935 a través de algunos de sus miembros (Dr. José María Licona, Prof. Manuel Humberto Ramírez y Heroldo Bórquez) presentaron un proyecto para el establecimiento de un Asilo para Mendigos en Pueblo Viejo. Este proyecto fue aprobado por el Ayuntamiento presidido por el C. Juan Bautista Muñoz.
En acta de cabildo quedó asentado: “La Logia Masónica de la localidad construirá un Asilo de Mendigos en Pueblo Viejo con 20 catres y para ayudarse a construirlo recibe autorización para establecer una lotería regional con premios de $500.” (ACAN 06-junio-1935).
El primero de septiembre de ese año inició operaciones ese Asilo según lo informó el C. Gumersindo López, Presidente del Patronato, quien solicitó “…la participación del Ayuntamiento para que lleven a los mendigos que pululan en la población a internarlos en aquel lugar”. (Manuel Hernández Salomón. Navojoa, Cronología y testimonios. 1936-1950, pag. 382. 1ª. Edición 2018).
Fue en 1940 que este lugar se convirtió en Asilo de Ancianos y la Diócesis de Ciudad Obregón se hizo cargo de su administración por medio de una Congregación de religiosas llamada “Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres”. Fueron ellas las que realizaron su apostolado durante más de 75 años hasta que partieron en 2017.
Desde su fundación, el Asilo se había sostenido solo con las aportaciones económicas y en especie por parte de personas altruistas y fue en 1991 que el presbítero Ramón Corona organizó una rifa anual para recabar fondos que ayudaran al sostenimiento de esta noble institución por el incremento de los gastos y la contratación de algunas personas que se necesitaban para el cuidado de las personas que ahí se albergan.
Hace poco más de 20 años que se creó la Fundación “Cuento Contigo” que ha sido el soporte como una institución de asistencia privada coordinando el trabajo y la recaudación de fondos para el mantenimiento de los albergados que son diez, seis hombres y cuatro mujeres, y el pago de ocho trabajadoras.
Han pasado por esta institución grandes mujeres y hombres con un alto sentido del altruismo: Panchita Kinejara dejó una huella imborrable con su labor constante y dedicada al cuidado de los y las viejecitas, el Dr. José María Ballesteros también, desde hace varios años, con la atención cálida y de alto nivel profesional en coordinación con el Hospital General de Navojoa, cuando ha sido necesario. Humberto Schwarzbeck, Luis Salido Ibarra, Darío Salvador Cárdenas, Juan Francisco Aguirre Echeverría y, actualmente, Marianela Berttolini Abreu, quienes han presidido el Patronato de la Fundación “Cuento Contigo” con un valioso legado que es ejemplo de solidaridad y entrega hacia quien más lo necesita.
Cabe mencionar que, desde el año 2019, un grupo de navojoenses, hombres y mujeres, bajo el nombre de Parrillada entre Amigos, se han destacado por organizar eventos en dos años consecutivos para recabar fondos de una manera exitosa con un activismo ejemplar que merece el reconocimiento de la población. Este año solo esperan que las circunstancias lo permitan para entrar en acción y lograr el éxito una vez más.
Según cálculos financieros cada persona asilada requiere un gasto de siete a ocho mil pesos mensuales por alimentación, pago de trabajadores, consumo de energía eléctrica, medicamentos y otros egresos que se generan. ¿Por qué lo menciono? Porque generalmente nos olvidamos de estas instituciones que sobreviven prácticamente de la caridad y generosidad de la sociedad. Si no tienen familiares o éstos los han abandonado, pensemos que nos necesitan y que nuestra ayuda puede ser la diferencia en esta etapa de su vida, la última.