Con bombo y platillo, el Gobierno Federal anunció el incremento del 20% al salario mínimo para el 2023, con lo que se situará en 207.44 pesos diarios
Por: Moisés Gómez Reyna
Con bombo y platillo, el Gobierno Federal anunció el incremento del 20% al salario mínimo para el 2023, con lo que éste se situará en 207.44 pesos diarios, lo que equivale a 6 mil 223.2 pesos mensuales.
El aumento se celebró como si fuera a borrar por decreto el daño ocasionado por la inflación de los últimos dos años en el poder de compra de la mayoría de los trabajadores, lo que desde luego crea una falsa expectativa en varios segmentos de la población.
La realidad es que este aumento no beneficiará a la mayoría de los trabajadores del país, ni será suficiente para resarcir el daño que ha ocasionado la inflación, sobre todo en alimentos y en los hogares de menores ingresos.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, al tercer trimestre de este año, en México existen 57.4 millones de personas ocupadas.
De este total de trabajadores, solamente 21.6 millones (37.6%) se encuentran registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras que 31.9 millones están ocupados en la informalidad.
Esto significa que el 55.6% de los trabajadores mexicanos no laboran en empresas formalmente establecidas, carecen de seguridad social y prestaciones.
Por lo tanto, difícilmente alguna institución de Gobierno puede verificar que los trabajadores informales de más bajos ingresos reciban un aumento del 20% en su salario para 2023 o incluso que tan siquiera ganen el salario mínimo establecido.
De los trabajadores que sí están en la formalidad al estar asegurados ante el IMSS, apenas 0.8% (163 mil) gana actualmente el salario mínimo y el 21% (4.5 millones) gana más de 1 y hasta 2 salarios mínimos.
Por lo tanto, el aumento del 20% al salario mínimo para 2023 no aplica ni beneficia a más del 90% de los trabajadores del país.
Esto se hace más claro cuando se analiza el comportamiento del salario promedio de los trabajadores asegurados, que este año solo aumentó 9.4%, a pesar de que el salario mínimo tuvo este 2022 un incremento de 22%. Seguramente el próximo año veremos un fenómeno muy similar.
Por otra parte, estos incrementos al salario mínimo son incluso insuficientes para contrarrestar los efectos devastadores de la inflación este año, sobre todo en los precios de los alimentos. Es importante recordar que en el último año productos de primera necesidad han aumentado en más de un 20%, como es el caso de la papa que acumula un alza de 36%, harina de trigo 35.4%, pan blanco 30.4%, huevo 26.3% y aceites vegetales comestibles 23.4%, solo por mencionar algunos ejemplos.
Por ello, no sorprende que del segundo trimestre al tercer trimestre de este año, la pobreza alimentaria en el país haya aumentado de 38.3% a 40.1%, con lo que más de 50 millones de mexicanos no tienen un ingreso suficiente para adquirir la canasta alimentaria más básica.
Actualmente, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estima en 4 mil 200 pesos por persona el ingreso necesario para estar por arriba de la línea de pobreza, es decir, para que un individuo satisfaga sus necesidades más básicas de alimentación, vestido y servicios.
Esto significa que para que un hogar de 4 integrantes no sea considerado en situación de pobreza, la cabeza de la familia debería tener un ingreso mínimo de 16 mil 800 pesos mensuales, 10 mil 600 pesos por arriba del salario mínimo para 2023. En conclusión, a pesar del incremento al salario mínimo, este aún está muy lejos de ser suficiente para sostener el gasto de un hogar.
La realidad es que si deseamos que el grueso de los trabajadores gane salarios más justos y que crezcan por arriba de la inflación, el único camino es estimular la productividad y competitividad. A base de decretos y anuncios alegres, es poco lo que se podrá conseguir.
Twitter: @gomezreyna