El hábito de la lectura y los bomberos de Navojoa

La práctica de la lectura ha sido una costumbre que, lejos de retroceder, va en aumento principalmente…en Navojoa

Por: Gerardo Armenta

No descubre uno el hilo negro o el agua tibia (frase no necesariamente muy original) si afirma que la lectura es uno de los grandes oficios o quehaceres en que es posible involucrarse personal o colectivamente. Lo deseable resultaría que ocurriera en estas dos vertientes. Pero a lo mejor quizá esta doble circunstancia resultaría mucho pedir.

Sin embargo, a pesar de una acotación como la anterior, valdrá reconocer que, por ejemplo, la práctica de la lectura ha sido una costumbre que, lejos de retroceder, va en aumento principalmente…en Navojoa. Leyó usted bien. De este lugar y sus moradores solían decirse muchas cosas, no necesariamente reparadoras o reconfortantes, por más dizque humor que se utilizara para describirlas. Esa ociosa actitud o costumbre ha venido mucho en desuso, porque sin duda finalmente los hacedores de chistes (malos invariablemente) se convencieron de que los ropajes que les adjudicaban a los navojoenses no tenían ni tienen nada que ver con la realidad o la sociología de los habitantes de esta parte de la entidad.

Una prueba de lo anterior, entre otras muchas más, está en el caso de las librerías de Navojoa, donde las ventas de ejemplares ejercidas jóvenes son constantes. El dato respectivo es impresionante por sí solo: en Navojoa hay una venta de hasta 200 libros cada mes. Esta es una cifra que por sí sola llama la atención, por más que en otras ciudades con mayor densidad demográfica los números al respecto, por supuesto, sean mayores. Pero la buena nueva en este sentido fue proporcionada por Ricardo Castellanos Romo, propietario de la clásica o convencional librería existente en el Mercado Municipal navojoense.

Dijo también que el hábito de la lectura se mantiene activo entre la población navojoense, y recordó que fue en la época de la pandemia cuando en el contexto citadino se acrecentó el interés por la lectura. Planteó que en aquella coyuntura “la población buscó dar un giro a su centro de atención, dejando a un lado las noticias y las redes sociales para cambiarlo por el interés de leer”. Ciertamente, el planteamiento de Castellanos Romo es correcto y pertinente. Máxime tratándose de un asunto que puede ser controversial.

¿Qué pensaría usted que leen los navojoenses? Vale quizá decir que un poco o un mucho de temas casi infaltables en este fascinante e ilustrativo quehacer. Castellanos Olmos detalló que se buscan mucho los libros de superación personal, pero igualmente los de terror o ciencia ficción, sin olvidar, claro que la edad es una nota distintiva que sirve para orientar el gusto de la lectura. Pero en principio lo importante es que se lea con la mayor constancia posible. Dicen que este es uno de los mejores hábitos personales que acaso podría ser invocado o practicado. Y dicen bien. El libro puede ser puerta accesible para la formación de una mínima o grandiosa cultura, que nunca está de más en un contexto de vida rutinario o luminoso. Pero también está el simple gusto de leer libros sobre las más diversas temáticas por el mero gusto de hacerlo.

Por otro lado, en lo que es un tema que indudablemente se aparta de lo rutinario convendrá recordar que existió una época en la que los niños querían ser bomberos o policías. Una información da cuenta de que en la Perla del Mayo se está en busca de personas que en principio sepan y puedan vérselas con el fuego propio de los incendios. No es que hagan falta en una ciudad donde, incluso, existe una Academia de Bomberos en toda forma. A pesar de que estaban considerados 25 elementos para formar parte de dicha academia en el presente año, se decidió incrementar el número de aspirantes. Existe una convocatoria que regula todo este procedimiento.

En contra de lo que usualmente pudiera pensarse, existen requisitos oficiales para ser bombero. Por ejemplo, tener entre 18 y 30 años de edad, escolaridad de preparatoria terminada, amén de otros como copia del acta de nacimiento, carta de antecedentes no penales, certificado médico, comprobante de estudio o trabajo, credencial del Instituto Nacional Electoral, correo electrónico y número telefónico. Se aplican además exámenes de selección. Los cadetes (porque así se les llama) que aspiran a convertirse en bomberos necesitan para ello ocho meses de instrucción.

En otras palabras, en función de datos como los anteriores, debe ser propio tomar nota de que hoy por hoy en Navojoa existe una rigurosa formalidad para ser integrante del cuerpo bomberos. Y eso es muy positivo para los interesados y para la misma comunidad, como queda de manifiesto.

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