Presenta fugas de agua
Por: Gerardo Armenta
No debe ser fácil asimilarlo de un solo golpe, pero el Acueducto Macoyahui-Álamos está pintando para ser una obra defectuosa en extremo. O del montón, si se quiere. Tira mucha agua en lugar de preservarla. Por lo menos tal ha sido la más lamentable y cuantiosa de las fallas que ha evidenciado hasta ahora en apenas sus primeros ocho meses de funcionamiento, y tras una inversión de 97 millones de pesos.
Está bien que alguien haya dicho que el dinero es pura vanidad, pero la pregunta podría ser de cajón y hasta abusiva, ¿qué fue lo que realmente se hizo con esa obra? Esta, con razones de sobra, fue muy cantada a lo largo del tiempo de construcción. Es probable que nadie haya imaginado (entre los responsables de su realización y sus beneficiarios alamenses) que la operatividad de la obra pronto quedaría insólitamente en evidencia como defectuosa o incompleta. Increíble pero cierto.
En prueba de ello, vecinos de la comunidad conocida como La Higuera dijeron que el Acueducto está teniendo muchas fugas. Con pesar, señalaron también que es una lástima que día y noche se esté desperdiciando tanta agua y que ellos no la tengan. Pues sí es una lástima. Pero también se ocurriría utilizar alguna otra expresión más fuerte o altisonante para formular la misma y justificada reclamación.
Es increíble que, a menos de un año de su puesta en operación, en su momento muy celebrado, el Acueducto Macoyahui-Álamos muestre ya fallas severas en su operatividad. Una obra así debe estar precisamente para guardar agua y distribuirla y no para tirarla como si se tratara de un juego. Martina Pérez, vecina de La Higuera, dijo que el problema se debe a que, para la realización de la obra, que tiene una longitud de 40 kilómetros, en 20 de éstos se utilizó tubería vieja, la cual (fíjese usted) ya había sido empleada hace 17 años en otro Acueducto que hoy está abandonado. ¿En esos trabajos nunca habían oído hablar de algo que se llama control de calidad? Pues no.
La anterior, sin duda, es una trama inconcebible en perjuicio obviamente de los alamenses, quienes, desde que los tiempos son tiempos (pase usted por alto la exageración) lo único que quieren es tener agua todos los días de una manera más o menos razonable. ¿Es mucho pedir? Por lo visto sí lo ha sido, y más ahora que se sabe que en la construcción del Acueducto Macoyahui-Álamos se utilizó tubería defectuosa. En ocasiones resulta difícil creer lo que ocurre o forma parte de los hechos públicos. Tal es la situación que se comenta el día de hoy.
Con justa razón, los habitantes de La Higuera plantearon a las autoridades que atiendan y resuelvan este problema. Es lo menos que deben hacer al tenor de las gravosas circunstancias que se comentan. Un vecino puso en perspectiva la gravedad de la situación con el siguiente planteamiento: "Ya viene lo fuerte del calor y no queremos andar batallando y sufriendo por agua. No es justo". Por supuesto que no lo es. Pero todavía falta por ver cómo repararán las fugas del Acueducto. Y todavía más: el tiempo que se tarden en cumplir esos trabajos.
Por lo demás, bien se sabe que, en ocasiones, el beneplácito por una obra pública termina en desencanto. Parecería que dicha circunstancia es la que ocurrió con el Acueducto. Esta fue una realización que se esperó por unanimidad en el ámbito alamense. No debe ser justo que casi a las primeras de cambio se haya producido una increíble falla en la distribución del agua. Pero así fue. Y este es el hecho al que resulta preciso atenerse.
Los vecinos han narrado que durante el día el Acueducto presenta muchas fugas. Pero en las noches es peor, porque es cuando existe más presión. Describieron los hechos con una expresión muy coloquial: "Es un tiradero" de agua. El que se describe debe ser un esquema complicado en un Municipio como Álamos, donde la carencia del vital líquido ha sido uno de sus problemas históricos más sentidos y dramáticos, como bien lo sabe su valerosa población.
Falta por ver cómo transcurren las reparaciones del Acueducto Macoyahui-Álamos. Y ojalá que esta vez las cosas al respecto se hagan como tienen que hacerse, es decir, al tenor de un simple, aunque eficiente sentido común y respeto por la ciudadanía alamense. ¿Es mucho pedir...?
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