La respuesta va más allá de motivar un rendirse, ante la poca oportunidad de salvarse
Por: Saúl Portillo Aranguré
"SEÑOR, ¿ES VERDAD QUE SON POCOS LOS QUE SE SALVAN?", Una pregunta fascinante, de "alguien" que externa una duda vigente desde hace casi 20 siglos.
No es la pretensión de la nueva evangelizar es malbaratar el reino de los cielos, y hacernos muy permisivos, pensando que todos se salvarán, con una simple oración de arrepentimiento en el momento de agonía, sin importar toda la estela de maldades realizadas a lo largo de la historia de cada agonizante.
A ese "alguien", de la pregunta, no obtiene una respuesta monosílaba, que, como oyente, estaría esperando respuesta. Si respondía "sí", entonces pondríamos en duda la misericordia de Dios con el pecador arrepentido. Si respondía "no", entonces pondríamos en duda la justicia de Dios de pagar a cada uno según sus obras y el daño generado a los demás con los actos cometidos contra Dios, contra el prójimo y contra nosotros mismos.
La respuesta va más allá de motivar un rendirse, ante la poca oportunidad de salvarse; o un relajarse ante la idea de un Dios bonachón, que está obligado a perdonar todo y a todos, porque es amor y le corresponde amarme independientemente del daño generado.
JESÚS RESPONDEMe voy a texto original griego, que es como está escrito el nuevo testamento, para ir a una muy básica y simple exégesis bíblica de la respuesta de Jesús. (un teólogo me diría, "hiciste una lectura interpretativa o un análisis literal para referirse a un estudio no académico del texto").
"Esfuércense por entrar por la puerta angosta" se encuentra en el Evangelio de Lucas 13,24 en el texto original griego como: «??????es?e e?se??e?? d?? t?? ste??? ???a?» (Agonízesthe eiseltheîn dià tês stenês thýras).
AQUÍ ESTÁ EL SIGNIFICADO Y EL CONTEXTO:«??????es?e» (Agonízesthe): El verbo que se traduce como "esfuércense" significa literalmente "luchen", "se esfuercen con esfuerzo" o "peleen". Implica un esfuerzo intenso y constante.
Hay una palabra que usa la misma raíz griega es "agonicen", palabra que supera la palabra esforzarse o luchar contra nuestras propias tentaciones o pelear contra los enemigos del alma: demonio, mundo y carne.
Toda una invitación a dar la vida si es necesario en hacer la voluntad de Dios, en renunciar a todo pecado que nos lleve a la condenación eterna.
La carta a los Hebreos 12,1-4: "Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia, y corramos resueltamente al combate que se nos presenta. Fijemos la mirada en el iniciador y consumador de nuestra fe, en Jesús, el cual, en lugar del gozo que se les ofrecía, soportó la cruz sin tener en cuenta la infamia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Piensen en aquel que sufrió semejante hostilidad por parte de los pecadores, y así no se dejarán abatir por el desaliento. Después de todo, en la lucha contra el pecado, ustedes no han resistido todavía hasta derramar su sangre".
La dimensión del pecado, no la hemos considerado como algo terrible y destructor, que es el epicentro de una sociedad que sucumbe en la corrupción, injusticia, guerras, hambre, divisiones, asesinatos desde el vientre materno, hasta el salvajismo despiadado del crimen organizado.
En hebreo no hay una sola palabra para "pecado", sino varias que describen distintos matices. La más común es "?e?" (?????), que significa "errar el blanco" o desviarse de un objetivo. También existen términos como "pesha'" (???????), que se refiere a una "rebelión" o transgresión voluntaria, y "Avon" (?????), que describe la "iniquidad" o falta moral.
No es para juzgar al próximo, sino para un autoexamen de conciencia, de mis errores, rebeliones y maldad; que generan una impureza en mis acciones, sentimientos egoístas, justificaciones inmorales para seguir cometiendo los mismos errores, argumentando con la frase "el fin justifica los medios"; es una interpretación simplificada de las ideas de Maquiavelo, que a menudo se utiliza para justificar acciones inmorales en la búsqueda de un objetivo, a pesar de que Maquiavelo no la formuló directamente y su enfoque era más complejo y pragmático.
Hay que discernir lo que se pretende y la bondad de las acciones para obtenerlo. En un lenguaje más sencillo: no se vale que se permita que un hijo haga algo malo, para que traiga comida a la mesa; ser cómplice no denunciando, culpando al sistema, de lo que según él merece o aplaudir la destrucción de manifestantes ante cualquier bandera, pensando que el saqueo, rayar paredes o monumentos históricos para hacer oír sus frustraciones ideológicas es correcto.
«??S??T???» (EISELTHEÎN): SIGNIFICA "ENTRAR" O "ENTRAR EN"La invitación de Jesús, a esforzarnos para "entrar", implica un dinamismo, que por lo que he leído en este año de manera muy sistemática a Santa Teresa de Jesús o Santa Teresa de Ávila, que el camino de encuentro y conocimiento de sí mismo y de Dios, es entrar a nosotros mismos, que en el centro de nuestra alma, que la oración es la puerta, tenemos que buscar a Dios dentro de nosotros y no fuera, cuando oro, le conozco y me conozco, que en Dios me entiendo, que me espera, como concluyó también San Agustín, "te buscaba fuera y estabas dentro de mí".
«d?? t?? ste??? ???a?» (dià tês stenês thýras): Significa "por la puerta estrecha" o "por la puerta angosta".
Para entrar, implica despojarme de lo que estorba, vivir ligero de equipaje, soltar amarras o anclas del pecado, de los resentimientos y odios, soltar los vicios y adicciones que son cadenas de amargura, que, al fin de cuentas, nos enseña San Pablo:
"Cristo nos liberó para ser libres. Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud". Gálatas 5,1.
"¿No saben que, al someterse a alguien como esclavos para obedecerle, se hacen esclavos de aquel a quien obedecen, sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia que conduce a la justicia?" Romanos 6,16.
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