Por: Redacción
En Sonora parece avanzar la pandemia del coronavirus día a día, según lo que las autoridades de Salud han salido a proclamar.Hasta la tarde de este jueves, las alarmas estaban encendidas porque ya se llevan en la entidad 109 casos confirmados, de los cuales 41 están en San Luis Río Colorado, otros 25 en Hermosillo, y 14, en Huatabampo, además de tocas muchos otros municipios en menor escala.
Según los funcionarios, la velocidad de duplicación de los casos en Sonora es menor, comparada a la de otros estados de la República que tienen una alta transmisión.
De alguna manera, lo atribuyen a las medidas de aislamiento de decenas de familias que permiten a los contagios no dispararse en proporciones mayúsculas.
Y tienen razón. Aunque todavía vemos en las calles decenas de ciudadanos haciendo su vida cotidiana como antes del problema, lo cierto es que la llamada sana distancia ha provocado amortiguar el problema, aunque de todas maneras esté ahí presente, al acecho de quienes se descuiden.
Al final de esta jornada, que ya se habla puede prolongarse otros dos meses incluso, tendremos otro panorama no solamente como personas en lo individual sino como sociedad e incluso en el entorno ambiental.
Hay expertos que han medido de alguna manera los niveles de contaminación en algunas zonas y el hecho de que ya no haya tantos autos contaminando o que los seres humanos no interfieran en la vida animal, terrestre o marítima, le ha devuelto al planeta tierra un poco de su vida.
Quienes pronosticaron desde diciembre que la tierra tendría un respiro, aún sin precisar que vendría una pandemia, no se equivocaron.
Hoy, las condiciones son diferentes a un mes atrás. Y por ello las autoridades insisten en ese aislamiento social para que ellas no vean su imagen política maltratada con un desborde del mal.
En medio de este panorama, se han visto medidas grupales o individuales que han regresado algo que se había perdido en gran medida: la solidaridad humana.
Y eso mueve a pensar que se equivocan quienes promueven la distancia social como solución porque no es como sociedad que debemos aislarnos sino, por el contrario, unirnos.
Quizá el distanciamiento deba ser físico para evitar los contagios, pero en realidad lo que debe fomentarse es la cercanía social, que todos los seres humanos se unan en una sola causa, que debe ser salvar a la familia, salvar a los amigos, salvar a la comunidad y, en suma, salvar al planeta.
Nada ni nadie debe desunirnos como sociedad sino, por el contrario, elevar al máximo el encuentro social para que, unidos, podamos vencer cualquier desafío.
Los políticos y los gobiernos, por ejemplo, con sus discursos de odio y de desencuentro con sus adversarios, han fomentado un enorme resquebrajamiento del tejido social, al igual que los del llamado crimen organizado, que con la venta de sus porquerías a la juventud, los han llevado a caminos de falta de valores y sentido comunitario.
En consecuencia, sirva como primera lección de esta pandemia el saber que, primero, nadie es más ni menos en esta vida; que lo mismo pobres o ricos pueden en un momento determinado caer en las garras de la muerte y todos, absolutamente todos, llevamos un mismo camino hacia el camposanto, tengamos más o menos dinero, propiedades o lujos.
Fomentemos, pues, el acercamiento social en medio del distanciamiento físico.
Valemos más unidos que desorganizados. La familia, los amigos, nos hacen falta en momentos de faltarnos un hombro sobre el cual llorar o para compartir una alegría.
Aunque quizá no conozcamos al vecino de enseguida o a la familia de otras colonias, aprendamos a solidarizarnos.
Llegará el momento en que, superado este trance, entre todos podamos construir una mejor sociedad.
Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx