Derrama económica del FAOT

Sonora Santanera y Los Apson

Por: Gerardo Armenta

Procede marcar algunas otras anotaciones sobre el Festival Alfonso Ortiz Tirado, cuya edición 39, como bien se sabe ya en estas alturas, está por iniciar el próximo viernes en Álamos, su histórica y clásica sede. El programa respectivo cerrará el 27 de enero.

En este sentido, asombra (aunque quizá no tanto, habida cuenta de su calidad) tomar nota de que, por ejemplo, se espera que la realización del festival arroje esta vez una derrama económica de más de 100 millones de pesos y una asistencia superior a 150 mil personas. Datos tan significativos fueron estimados así en su concreción numérica por el alcalde alamense, Víctor Balderrama Cárdenas, al hablar sobre las perspectivas generales del evento.

Dijo también que en esta nueva edición del Ortiz Tirado (conocido también así popularmente) se ha previsto el arribo y estancia de un mayor número de visitantes que en años anteriores. Apuntó que será así por el atractivo que presenta el programa que se llevará a cabo, al igual que por la diversidad musical y de escenarios que se ha anunciado, todo lo cual, indicó, promete un mayor número de asistentes.

En lo que concierne a la ocupación hotelera, el alcalde Balderrama Cárdenas señaló que el fin de semana anterior ya se contaba con un 95% de hospedaje ocupado y en aumento. Esta circunstancia favorece también la posibilidad de que se formalice la renta de casas por parte de sus propietarios alamenses, en lo que es una práctica que se ha convertido en una opción más de alojamiento para los asistentes al Ortiz Tirado. El presidente municipal de Álamos indicó que incluso desde la semana en curso se esperaba la movilidad de visitantes por las calles de la ciudad, cuyos puntos turísticos, además, son igualmente apreciados por quienes acuden al festival.

El programa artístico o musical del Ortiz Tirado tendrá esta vez, como siempre, una apreciable y significativa variedad. Vale la pena detenerse, sin hacer menos a nadie, en dos agrupaciones musicales que participarán esta vez en el festival. Se trata de la Sonora Santanera y Los Apson. Una y otros no requieren mayor presentación. Es propio reconocer que no deja de ser significativo que, a pesar del tiempo transcurrido desde que aparecieron en el universo musical del país, el sentido y la calidad de sus interpretaciones, sin discos nuevos, o las formas digitales de grabación actuales, la Santanera y Los Apson siguen haciendo las delicias de sus seguidores (frase, por cierto, nada original) con las mismas melodías que son grabaciones de antaño que interpretan invariablemente en sus actuaciones.

Actúan así obviamente porque el público se los pide. De esta manera, no es posible imaginar a la Santanera sin, por ejemplo, la interpretación de "La boa" y a Los Apson sin "Fue en un café". Por supuesto que otras muchísimas más son melodías clásicas en la discografía Santanera y en la propia del grupo originalmente surgido en Agua Prieta. Comparten también una curiosa y meritoria singularidad. Y es que casi y básicamente sus formaciones actuales no tienen casi nada que ver con quienes las integraron originalmente. En el caso de la Santanera las ausencias tienen que ver con el mando histórico de la agrupación y con la de sus afamadísimos cuatro vocalistas.

Allí ya no están Carlos Colorado, el original director de la Sonora Santanera, ni tampoco los célebres y afamados cuatro cantantes: Juan Bustos, José Bustos, Silvestre Mercado y Andrés Terrones. 

En el caso de Los Apson, el elenco suyo conserva sólo a José Luis García, uno de los dos saxofonistas originales. Pero ya no figuran en la alineación Francisco ("Frankie" Gámez", vocalista y requinto histórico del grupo), los hermanos Francisco y Arturo Durazo, Gilberto Maldonado, Raúl Cota y Leopoldo ("Polo") Sánchez Labastida, vocalista. Como se sabe, "Frankie" cumple una pena carcelaria en Arizona, y han fallecido los hermanos Durazo y "Polo". 

Sin embargo, es preciso reconocer y admirar que tanto en el caso de la Santanera como en el propio de los Apson actuales, han logrado mantener, con fidelidad absoluta e impresionante, el estilo o el sonido original de estas agrupaciones. Quizá podría haber dificultades para distinguir entre la música suya d aquellos años y la de hoy correspondiente a una y otros. Hay en esta descripción un gran reconocimiento al gran profesionalismo de sus integrantes.

Al final, la Sonora Santanera y Los Apson siguen siendo referentes artísticos de primer orden de dos épocas que, en virtud de su música, mantienen una apreciable actualidad, enarbolando un pasado no muy remoto. Y el constante empeño con que lo hacen, tiene un gran mérito.

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