Cuando el agua se corta

Un domingo en Navojoa

Por: Gerardo Armenta

Siempre debe ser un problema quedarse sin agua en el ámbito hogareño. Aunque no sólo allí. Y todavía lo resulta mucho más cuando, quienes deben hacer la notificación respectiva, no se toman la molestia de avisar al conglomerado de usuarios que el servicio será suspendido. Palabras más, palabras menos, esto fue lo que sucedió el domingo anterior en Navojoa.

Asombra tomar nota de un hecho como el anterior. No es justo ni propio dejar sin agua a una ciudad como Navojoa sin que de momento casi nadie sepa los motivos de la suspensión. Prácticamente así ocurrió a lo largo de casi toda la pasada mañana dominical, y quizá un poco más. Hoy se sabe que el Organismo Operador del Agua hizo el anuncio respectivo el sábado por la noche. He aquí una insensata decisión.

Cabe suponer que en la víspera respectiva tuvieron todo el tiempo previo del mundo para notificar a la ciudadanía lo que pasaría. O todavía peor: ¿el mismo sábado por la noche se tomó la decisión de llevar a cabo los trabajos de que se habla, a sabiendas de que se necesitaba un corte casi total de agua en la ciudad para llevarlos a cabo? Qué bonita y sistematizada forma de trabajar tienen en el organismo del agua navojoense.

Debe ser propio y pertinente señalar que miles de usuarios se llevaron una ingrata sorpresa en las horas dominicales de la mañana al advertir que "se había ido el agua", una expresión muy reveladora de circunstancias como la que está en mención, Pero la verdad es que el agua nunca se fue, podría decirse un tanto forzadamente. La "cortaron" con toda intención para facilitar la hechura de trabajos necesarios en la red o sistema existente.

Sin embargo, como queda de manifiesto, el problema no fueron esos trabajos llevados a cabo. La "regazón" (estamos hablando de agua) radicó en que no se notificó con la debida exactitud lo que sucedería el domingo. Avisaron el sábado por la noche. Pero es o debe ser fácil entender (por la obviedad de las razones en juego) que el sábado por la noche nadie está para andar pensando en cosas del agua, porque simplemente no es propio hacerlo. Para eso están todos los días de la semana.

Debe admitirse que, si un asunto de interés público tiene carácter de emergente, tendría que ser enfrentado a lo largo de cualquier día de la semana y a las horas, diurnas o nocturnas, que deba hacerse. Pero en esta eventualidad, más temprano que tarde deberá informarse la naturaleza del problema de que se trate. En el caso que se comenta, y que causó tanta inconformidad justificada, no está claro qué fue lo que obligó a que personal del agua tuviera que trabajar el mismo domingo. Lo que se sabe es que hicieron algo así como trabajos en las líneas principales de conducción.

Pues mucho gusto. Pero para la próxima, nada debe costar que, así se trate de líneas de conducción o no, lo menos que se debe esperar es que se informe puntualmente a la ciudadanía qué días y desde qué horas, hasta la terminación aproximada, se llevarán a cabo faenas que tienen que ver con la prestación del servicio del agua. ¿Mucho pedir? Quizá. Aunque no es tanto. Todo puede resolverse con un simple boletín informativo emitido con razonable anticipación en la víspera de llevar a cabo los trabajos de que se trate.

Uno no es nadie para decirle al personal del Oomapasn (de suyo un buen equipo técnico) lo que tenga que hacer y cómo llevarlo a cabo. Pero lo que debe evitarse es el coraje o la irritación de la ciudadanía, cuando prácticamente debe reconocerse vencida por la sorpresa corajuda al constatar que no hay agua en el ámbito hogareño. La verdad es que de suyo las personas siempre suelen mostrar comprensión ante el aviso de tareas oficiales por las que será necesario suspender ciertos servicios en determinadas circunstancias.

Pero ocurre todo lo contrario cuando se le ignora. Un testimonio: "La gente no se enteró hasta el mero día del domingo, cuando ya no teníamos ni una gota de agua. No se vale. Estas cosas se deben avisar con varios días de anticipación. No unas horas antes. Al cuarto para las doce". Otro testimonio: "Un servicio que paga la ciudadanía no se le debe quitar en forma inesperada. Hagan su trabajo con planeación o tendrán una ciudad enojada siempre. Y las consecuencias vendrán a futuro". Sin duda...

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