La política puede ser quizá el arte de cambiar de opinión. Sólo que haya de por medio circunstancias excepcionales
Por: Gerardo Armenta
La política puede ser quizá el arte de cambiar de opinión. Sólo que haya de por medio circunstancias excepcionales, a nadie se le puede impedir o exigir que modifique su habitual o convencido modo de ver las cosas. En el quehacer político no es necesario llegar a estos extremos.
Se podrían documentar diversos casos al respecto. El más reciente es el que concierne al hoy senador Germán Martínez, quien después de una estancia en el PAN, partido donde incluso estuvo al mando, resolvió cambiar de aires para unirse a la entonces campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en cuyo gobierno ocupó por corto tiempo la dirección del Seguro Social.
Hoy Germán Martínez decidió retornar a la alineación panista. Allí le brindaron una calurosa bienvenida. Algo así como si nunca se hubiera marchado de las filas blanquiazules. El dirigente nacional Jorge Romero no hallaba dónde ponerlo en su discurso de bienvenida. Por ejemplo, le dijo: "Eres una voz potente, hermano mío". Y así por el estilo fue el tenor de la recepción que se le brindó ahora que es nuevamente panista. Perfecto.
En Navojoa, mientras tanto, se hizo una cuenta o análisis periodístico sobre la asistencia de los regidores y regidoras del Cabildo a sus sesiones de trabajo. El ejercicio abarcó desde septiembre a diciembre de este año. En contra de lo que pudo esperarse, no les fue tan mal en el sentido de que se habla a quienes forman parte del Cabildo navojoense.
La cuenta respectiva muestra 13 faltas o inasistencias de quienes forman parte del cuerpo edilicio local. En contra de lo que pudo esperarse no son tantas. Pero si un observador se pone muy "charrascaloso", entonces a lo mejor llega a la conclusión de que, sin excusa que valga la pena, en realidad se trata de muchas faltas de asistencia.
En efecto, lo ideal tendría que ser que no se produjera ninguna. Pero estamos hablando en términos prácticos o reales. Aparte, existe la posibilidad, como en todos los ámbitos laborales, de que las faltas a las reuniones de Cabildo puedan ser justificadas. Una actitud personal así puede resultar falseada o truqueada, si bien incurrir en una mecánica de esta naturaleza no debe ser propia de quienes se ostentan como representantes populares. Porque eso son, en definitiva. Pero esto es lo que cabe pensar razonablemente hablando. Habrá quienes vean las cosas de manera distinta.
Por otra parte, en el Municipio de Benito Juárez las autoridades han iniciado prácticamente una batida contra los "cochinones". ¿Quiénes son ellos? Pues los "cochinones". Es casi seguro que el término no requiera mayores disertaciones, porque, cabe suponerlo, se explica por sí solo en su cabal y reprobable significado.
La idea en Benito Juárez es aplicar sanciones a quienes se sorprenda tirando basura o desechos en la vía pública. Este principio se aplicará también a quienes se les compruebe que ensuciaron espacios abiertos o públicos. He aquí una doble vertiente de sanciones susceptibles de aplicarse para evitar o finiquitar una conducta reprobable: la tira de basura en lugares o puntos citadinos donde no es posible hacerlo.
Cabe hacer notar que también se incluye en esta prevención la vigilancia sobre la quema de basura. Esta actitud puede ser un poco más grave en términos personales y sociales. En Benito Juárez esta combustión que se menciona causa ya afecciones respiratorias que no es preciso experimentar nada más porque sí. Es obvio también señalar la contaminación del medio ambiente que provoca la quema de basura de manera indiscriminada. Todo el esquema de protección o sanidad pública al que se alude, contempla la aplicación de multas para quienes ignoren propósitos como los descritos. ¿Sobre aviso no hay engaño? Exactamente.
En Etchojoa se produjeron las primeras remociones o cambios de funcionarios que ocurren en el mapa administrativo o político del sur de la entidad. Los relevos se llevaron a cabo en las áreas de Ecología y Servicios Públicos, cuyos nuevos titulares, respectivamente, son Ricardo Acosta y Ramón Rojas. No se conocen públicamente las razones que los condujeron a esos cargos, y que propiciaron seguramente el retiro de quienes los ocupaban.
Como es usual ocurra en todos lados, no se dieron a conocer detalles menores o mayores sobre los cambios ocurridos en el gobierno municipal etchojoense. Si bien va, esos detalles deben conocerlos sólo quienes participaron en la mecánica que los hizo posibles. A la ciudadanía sólo le queda imaginar o suponer las razones que los produjeron. De todas maneras, cabe esperar que les vaya a bien a los que llegan y también a los que se fueron. Unas cuantas líneas para recordar que hoy es Nochebuena y mañana Navidad. Que las fechas le resulten gratas e inolvidables...
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