Hacer un análisis es saludable, para conocer la situación en Cajeme; al realizarlo en corto tiempo se corre el riesgo de evaluarlo a la ligera
Por: Jesús Carvajal Moncada
Semanas atrás, en un medio de noticias por internet, dos periodistas presentaron un programa en video con reflexiones sobre diversos temas concernientes al entorno obregonense. En una de las sesiones, se refirieron al "atraso de la cultura en Cajeme". En términos generales, el título de dicha entrega tiene que ver con un escaso desarrollo de las artes y la cultura en nuestra ciudad, caracterizada por un mínimo de eventos y una inconsistencia en los mismos.
Una de los organismos mencionados fue el Instituto Tecnológico de Sonora (Itson), al que los comentaristas consideraron la universidad que más ha aportado a las artes en Ciudad Obregón, aunque sus actividades han sido dirigidas básicamente para la población estudiantil, muy poco para la comunidad externa. En el caso de la Dirección de Cultura Municipal y el resto de las universidades, sus alcances han sido limitados, también. De las compañías independientes y otras instancias, no se dijo nada.
Hacer un análisis al respecto es pertinente y saludable, principalmente para observar la situación de la cultura en Cajeme, pero es difícil llevarlo a cabo en un corto tiempo, porque se corre el riesgo de evaluar a la ligera un fenómeno, como el cultural, que requiere de observarse con mayor profundidad.
En el mencionado programa, los datos aportados fueron pocos para sustentar las afirmaciones hechas. Lo cultural tiene que ver con la realización de eventos artísticos, pero no es lo único al respecto. Junto a esto es preciso observar la periodicidad de los mismos, el nivel alcanzado, la gente que ha decidido tomar a las artes como su medio de vida y su preparación respectiva para ello, así como la labor de las organizaciones culturales, y muy importante, las condiciones bajo las cuales han trabajado.
Por una parte, el ITSON sí ha promovido y llevado muchos de sus eventos a la sociedad en general, lo mismo que la dirección de cultura, que, desde sus alcances monetarios, ha sostenido el festival Tetabiakte y otras actividades propias de su esencia. Unas administraciones más prolíficas que otras, por supuesto. Compañías como La Petaka, en teatro, y Andrágora en danza contemporánea, las mismas academias de esta disciplina y de música, la Asociación para las Bellas Artes, la Biblioteca Pública, entre varias más, han hecho sus aportaciones. Aparte de lo anteriormente comentado, se requiere un análisis de la respuesta de la sociedad y del proceso que se conoce como la captación de público, al igual que los resultados en general de acuerdo a lo planeado. Para llevar a cabo esto, los espacios de tiempo y esfuerzo requeridos, son amplios.
Las artes y la cultura en Cajeme han tenido un desarrollo irregular, como consecuencia de la falta de un proyecto que les dé continuidad y de políticas que lo sustenten. Esto es lo que debe seguirse de cerca, escudriñar en las formas en que se ha construido la actividad artística en nuestra localidad. En algunos productos académicos he tratado el tema de cómo muchos de los creadores surgieron de talleres artísticos, y con lo que habían aprendido de sus maestros, se lanzaron realizar su actividad propia. Algunos han buscado prepararse más en su especialidad, para otros en cambio, la capacitación ha sido escasa.
Por otra parte, hemos tenido en la ciudad la presencia de artistas de reconocido prestigio, en todas las disciplinas artísticas. Quienes vivieron la experiencia de disfrutar de ellos, seguramente los tienen presentes en sus memorias. El punto es que en años recientes se ha hecho más difícil contar con recursos para convocar a las grandes figuras.La situación lleva a considerar la necesidad de buscar mecanismos de financiamiento de una manera más intensa, e incluso, involucrar a la iniciativa privada, para que este tipo de eventos continúen, porque ayudan a elevar el nivel de las artes en la localidad.
Un aspecto más abordado en el programa fue la reacción de la gente, ante lo cual se hizo alusión a que la sociedad debería ser más participativa y exigir una mayor y mejor dinámica cultural. Estoy de acuerdo, sólo que lo cultural no es similar a un servicio público, por ejemplo. La ciudadanía espera la oferta de un evento, si decide acudir, lo hace, evalúa y puede estar dispuesta para uno más en el futuro. En este caso, se tendría que hacer una intensa labor reeducativa, indicar el camino de alguna forma, para que los habitantes ejerzan su derecho de solicitar una dinámica cultural de mayor nivel y mayor frecuencia de presentaciones.
Ante esto, el gremio cultural sigue siendo un elemento importante para impulsar un avance cultural, pero debe hacerlo a partir de elevar el nivel de sus creaciones, de profesionalizarse, ya que la sociedad, aunque no sea especialista en la materia, sabe reconocer la calidad y esperar entonces, por las siguientes producciones.