Ante las calles de Navojoa

Regidores étnicos y “rifa”

Por: Gerardo Armenta

El esperado programa de rehabilitación de calles en Navojoa no va tan viento en popa como acaso pudo desearse desde el momento mismo en que se inauguró. Pronto surgieron y arreciaron las críticas ciudadanas por el modo y forma en que empezaron a realizarse los trabajos respectivos.

Hoy mismo se está en una especie de punto crítico con respecto a ese quehacer oficial. Incomodidad y malestar bien podrían ser las reacciones por el modo en que se han venido dando las cosas frente a un programa de trabajo municipal merecedor sin duda de mejor suerte.

Pero el problema es que primero fueron los automovilistas quienes advirtieron que la rehabilitación de las calles navojoenses quizá estaba generando más embrollos que los que pretendía resolver. Y es que no puede negarse que al conjuro de estos trabajos se produjo todo un señor caos vial citadino.

No es tanto que la gente navojoense tenga la piel muy sensible y no aguante mayor vara ante situaciones públicas que es preciso enfrentar. El asunto no va por ese rumbo. Lo que ocurrió fue que el calendario de obras no ha tenido una pertinente celeridad, sino al contrario, y de este modo las desviaciones y los cierres de calles han dado prácticamente al traste con los tiempos que sin duda debieron marcarse para llevar a cabo las obras.

En este marco que se describe, no sólo quienes conducen autos por la ciudad han visto afectada la fluidez de su circulación, sino también comerciantes y empresarios, quienes reconocen perjuicios laborales y económicos por el bloqueo de calles que han impuesto los trabajos para dar una manita o manota de gato a ciertas vialidades de la Perla del Mayo.

Como se infiere de lo anterior, el programa de compostura de calles y avenidas a que se alude es parcial y por lo visto…muy lento en su realización. Por allí hubieran empezado las autoridades municipales de Navojoa, o sea, diciendo que se habrían de tardar todo el tiempo del mundo con esos afanes, que sin ser cómodos o sencillos del todo, tampoco son algo así como cosa del otro mundo. Pero sí resultan susceptibles en su hechura de paralizar o distorsionar todo el movimiento vial cotidiano de una ciudad como Navojoa. No era para tanto, señores.

En otro género de asuntos, atendamos una pregunta no necesariamente capciosa: ¿ha entrado usted alguna vez a una rifa para poner a prueba la firmeza de sus emociones y quedarse con el premio principal? Viene a cuento lo anterior para reconocer, en principio, que hay de rifas a rifas. Por ejemplo, ¿usted ha participado alguna vez en su vida en una “rifa” de regidurías étnicas?

La verdad es que uno ni siquiera sabía que existiera tal clase de “rifas”. Pero al parecer en el Instituto Estatal Electoral hicieron una. Sin embargo, lo que real o verdaderamente sucedió es que allí realizaron un sorteo (insaculación le llaman pomposamente) para designar a los futuros ocupantes de las regidurías étnicas correspondientes al sur de Sonora. Ni más ni menos así fue la cosa para que tomen nota todos los interesados en la materia.

Sin embargo, el problema es que, por lo visto, los regidores ´étnicos deben designarse en base a los usos y costumbres de la Etnia Mayo a través de propuestas que se originen en su particular ámbito. Y no fue así en el caso que nos ocupa, ya que el IEE hizo su “rifa” al parecer (habría que ver eso) sin consultar a nadie. El caso es que, como tenía que ser, se produjeron reacciones al respecto.

Por ejemplo, está la suscrita por Abel Alfredo Ramírez Torres, líder de la agrupación Jiapsi Yoreme Mayo, quien, tajante, dijo que “no se puede rifar la representación, el desarrollo y el futuro de una comunidad”. Expuso que los regidores étnicos deben designarse en base a los usos y costumbres de la tribu (Mayo) y que la propuesta vaya de aquí hacia allá”.

Resulta obvio que así debería ser el trámite respectivo. Pero en el IEE piensan distinto y asumen con toda tranquilidad que una “rifa” no le hace daño a nadie. Se podría estar de acuerdo con un razonamiento de esta naturaleza. Pero con una objeción quizá muy a tono: el problema es que hay de rifas a rifas. Y aparte, ningún teórico o tratadista de altos vuelos sobre berenjenales políticos, ha dicho o escrito hasta ahora que en la Grecia antigua brilló la democracia gracias a…las rifas. 

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