Ante la crisis del agua

El ataque de las abejas

Por: Gerardo Armenta

Sin duda, es y tiene que ser preocupante la crisis del agua (o hídrica) existente en el Valle del Mayo. Tal es una evidencia sabida. El problema es que la captación de agua en la Presa El Mocúzari durante el mes de septiembre distó mucho de ser la esperada. Aunque el asunto viene un tanto de más lejos en su hechura, el caso es que hoy por hoy existe un panorama regional totalmente crítico en esta importante materia que es fuente de vida y manutención en un ámbito geográfico como el sureño.

De acuerdo con un informe oficial, septiembre fue prácticamente un mes para el olvido (por decirlo así), ya que en la Presa se produjo un registro de 33.3 millones de metros cúbicos de captación de agua. Esta medida equivale apenas al 2.7% del volumen total que puede registrar normalmente. Pero es evidente que los de hoy no son tiempos de normalidad cabal en esta región, fundamentalmente por la lamentable escasez de lluvias que ha sido la nota ambiental que es posible documentar hasta hoy en el contexto sureño.

Sin embargo, los problemas en un ámbito geográfico como el aludido suelen tener una fisonomía muy diversa. Esa problemática en lo general está allí las más de las veces sin que las autoridades (sean las que sean) se dignen tomar cartas en el asunto (o los asuntos), como suele decirse en el habla común. Por ejemplo, lee uno que ciudadanos exigen la puesta de topes en la Carretera Internacional, Zona Fuerte-Mayo, a la altura del kilómetro 80, en el entronque del  Ejido Francisco Sarabia. Todas estas referencias geográficas o territoriales se ubican al sur de Navojoa.

En esta problemática salió a relucir la urgencia de que Caminos y Puentes Federales (o séase Capufe) tome medidas preventivas antes de que ocurra un percance carretero con fatales consecuencias, tal y como ya ha sucedido. También en Estación Don sus moradores piden o insisten en la necesidad de poner topes o señalamientos a la altura de ese lugar y otros aledaños. Reconocen que hay topes, pero…despintados, lo que equivale a que no sirvan realmente. Por lo demás, los señalamientos carreteros que existen no están donde deben estar, es decir, metros antes de las áreas pobladas. A ojos citadinos, quizá esta problemática existencial no deba ser tan grave. Pero para quienes la sufren diaria o cotidianamente en un ámbito rural de vida debe ser algo terrible, dicho francamente y sin exageración.

“El ataque de las abejas”. Este podría ser el exitoso título de una novela fantasiosa o de una película de ciencia ficción. El problema es que no habría que llegar tan lejos cuando (guardadas las proporciones) la realidad bien puede estar más cerca de lo que cabría imaginar. ¿Dónde, por ejemplo? En Etchojoa. Allí se han venido produciendo constantes ataques de abejas a personas en diferentes partes del municipio.

Prueba de ello es que, por ejemplo, más de la mitad de los servicios que atiende la corporación de Bomberos local tienen que ver con esta situación. Al parecer, en tal coyuntura ha quedado de manifiesto una mayor agresividad o violencia por parte de las abejas, junto con el incremento numérico de sus agresiones (porque eso son) contra los seres humanos. Datos como los anteriores fueron proporcionados por Reynaldo Amarillas Meza, responsable de Bomberos de Etchojoa.

No hay ningún asomo de frivolidad en esta historia. Las personas que han sufrido picaduras de abejas en Etchojoa suman decenas. Algunas de ellas debieron ser llevadas a hospitales para que recibieran una pertinente atención médica. Existe incluso el registro del fallecimiento de un adulto mayor. Diversas escuelas han debido suspender clases para no exponer a su alumnado frente a las abejas. El mayor número de llamadas telefónicas de alerta sobre este riesgo o peligro procede de planteles educativos etchojoenses.

¿Por qué atacan las abejas? La explicación más simplista podría ser la siguiente: porque se les provoca. Pero quizá no siempre es por esa razón. En ocasiones al parecer su ataque parecería natural. En todo caso tendrían que ser especialistas competentes los que digan palabras definitivas al respecto. Mientras tanto, algo tendrá que hacerse en Etchojoa para terminar con el ataque de las abejas.

El comienzo de estos apuntes remarcó la problemática existente por la crisis hídrica o carencia de agua que podría generarse por la falta de lluvias. Por esa misma razón los ganaderos de Navojoa acaso tengan que enfrentar problemas en su sector por la carencia del llamado vital líquido. Allí también la situación podría resultar igualmente crítica por razones fácilmente entendibles. Por lo visto, un esquema como el descrito a partir de algunos casos, resulta suficientemente grave, lo que, por supuesto, nunca se ha puesto en duda. Y más se le califica así cuando no se advierte ninguna estrategia oficial o algo parecido para acudir en ayuda de productores de muy diverso género que perciben con desaliento el futuro inmediato.

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