Ante el tema electoral un complicado ambiente

El hecho de que existan de por medio intensas campañas publicitarias con fines comiciales, ello no significa que se atiendan con emoción

Por: Gerardo Armenta

El tema electoral, de una u otra manera, está hoy por hoy en el ánimo público y personal. Quizá no necesariamente al amparo de un interés desbordado, pero sí con ramificaciones interesantes que no pueden ser ignoradas. En sentido contrario, existen, por supuesto, los testimonios de quienes reconocen que un asunto como el señalado les tiene sin cuidado, o dicho más gráficamente, ni les va ni les viene.

Sin embargo, quizá ambientalmente pueda resultar un tanto complicado permanecer del todo al margen o lejano del caudal de indicadores que a todas horas del día hacen ver a la ciudadanía que está en curso un proceso electoral. Aunque en un contexto así, es dable reconocer que el hecho de que, por ejemplo, existan de por medio intensas campañas publicitarias con fines comiciales, ello no significa, por fuerza, que propios y extraños las atiendan con emoción y fervor patrios.

No faltará quien diga que, en buena medida, debe ser todo lo contrario. Por ejemplo, en una entrevista con Radio Fórmula, Federico Reyes Heroles, escritor, comentarista e hijo de Jesús Reyes Heroles, uno de los grandes pensadores priistas, señaló, citando el dato de un conocedor, que el 58% de la población evade el tema político. A primera vista, tal porcentaje se antojaría un tanto elevado, aunque creíble, bajo ciertas circunstancias.

En una apariencia más o menos fundada, podría darse por cierto que, en efecto, una notable porción ciudadana elude las cuestiones políticas, por más que en la frecuencia de la conversación informal parecería todo lo contrario. Y no es que los mexicanos y mexicanas (como decía alguien) suelan pasar el día hablando de la política y sus protagonistas. Quizá ni en el fuero más personal o íntimo de cada quien ocurra un ejercicio de esa naturaleza, y si sucede, entonces lo mejor será buscar alguna forma de atención psicológica o algo parecido que no se perciba tan drástico.

El tema no se advierte tan ocioso como parecería resultarlo de buenas a primeras. Al contrario, ocuparse de sus implicaciones debe ser algo muy propio o convencional, habida cuenta de la circunstancia eminentemente electoral que se está viviendo en un país como el nuestro. Pero vale insistir: el hecho de que los de hoy sean tiempos eminentemente políticos o electorales, no significa por añadidura que el grueso de la población esté en esa misma sintonía. Por supuesto que lo deseable o lo ideal sería que ocurriera en este marco una estrecha relación. Pero efectivamente los datos sobre estos hechos no apuntan en ese sentido.

El caso de las encuestas tampoco ayuda mucho a que la ciudadanía disponga de aproximaciones más o menos reales de lo que está sucediendo en la contienda electoral. Federico Reyes Heroles dijo que estos trabajos son importantes. Sin duda que lo son, habría que añadir. Pero por lo visto este juicio se queda meramente en su enunciado. No en balde, entonces, Reyes Heroles dijo: "...es preocupante que haya algunas que tengan hasta un 45% de rechazo". Habría que reconocer que el "mercado" de las encuestas (no se le puede llamar de otra manera), crece singular o escandalosamente durante el tiempo de elecciones.

Las razones para que suceda así son más que obvias. El grueso de las indagaciones con fines electorales que se hacen en México, no convence a nadie por la desproporción o falacia de sus resultados. En esta actividad se ha creado una especie de industria o mercado floreciente que, sin embargo, pronto suele perfilar la suspicacia o evidencia de sus reales objetivos. Aun así, poco o nada se ha hecho para frenar o poner orden en el sospechoso quehacer de una buena parte de las encuestas que se llevan a cabo en el medio electoral y político de este país.

A ver hasta cuándo. Sin embargo, queda suficientemente claro que la necesidad de poner orden en un quehacer como el descrito, no ocurrirá en lo inmediato. Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Por ello bien se dirá que para qué "buscarle más ruido al chicharrón". El calendario electoral se ha venido agotando a pasos agigantados. Bien podría decirse que poco o nada podría agregarse al respecto, sin soslayar que todavía falta por llevarse a cabo el tercer debate entre quienes aspiran a la Presidencia de México. No hay duda: el calendario respectivo se agota...

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