Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidenta electa, declaró que no dará carpetazo al caso de los 43 normalistas de desaparecidos hace 10 años...
Por: Gerardo Armenta
La solución del caso Ayotzinapa (o lo que se quiera entender como tal) va para largo. Por lo visto ya quedó en claro que no será en este sexenio cuando se finiquiten las averiguaciones al respecto. Ese objetivo tendrá que alcanzarse en el siguiente sexenio. Prácticamente la definición al respecto ya se hizo pública.
Tendrá que ser así en tano que ya se reconoció públicamente que este controvertido asunto será abordado por el próximo gobierno federal. En este contexto, Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidenta electa, declaró que no dará carpetazo al caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace 10 años en una terrible jornada conocida como la Noche de Iguala.
Poco o nada se ha vuelto a saber de esos jóvenes. El paso de los años tendió una cortina no necesariamente espesa sobre lo ocurrido. En un primer momento, casi en las postrimerías del gobierno de Enrique Peña Nieto, que fue cuando ocurrieron los hechos, se creyó que se llegaría al conocimiento de la verdad. Todo fue un espejismo. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador retomó el asunto.
Pero ni siquiera la remisión a la cárcel del ex Procurador Jesús Murillo Káram, autor de lo que se conoció como la Verdad Histórica (un falso acercamiento a la trama auténtica de lo ocurrido), fue suficiente para poner las cosas en claro. Por lo demás, resultó evidente que en el ataque y desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa se activó casi toda la existente estructura de seguridad oficial. Este es otro de los grandes misterios al respecto. Es decir, por qué se llegó a esos extremos.
Desde hace ya buen tiempo, los padres y las madres de los jóvenes desaparecidos resolvieron en un momento dado involucrarse directamente en la exigencia encaminada a lograr la aparición de sus hijos. Con este objetivo fue que se reunieron con la futura Presidenta de México. Sin duda fue útil que llegaran a ese nivel de conversación. Sheinbaum Pardo les dijo que primero lo importante es no abandonar el caso, sino seguir trabajando con ellos (padres y madres) para encontrar lo que siempre han pedido, que es la verdad, la justicia y a los jóvenes de Ayotzinapa. Reconoció que hay un avance importante en el caso, porque existen muchas personas detenidas.
Les dijo: “Es un tema complejo, pero no los vamos a abandonar”. En agosto se reunirá nuevamente con los familiares de los jóvenes. Esto significa que, de una u otra manera, no están del todo diluidas las posibilidades de que el caso Ayotzinapa quede esclarecido definitivamente. El problema será encontrar a los jóvenes. Parecería claro e infame el destino que debieron enfrentar en manos de sus captores. Ha pasado ya mucho tiempo desde que ocurrieron los hechos de esta terrible e insólita trama.
Nadie parece saber dónde y cómo están los jóvenes. Pero quienes evidentemente los capturaron, agredieron y los tomaron por su cuenta, sin duda deben tener una relación exacta de lo sucedido. ¿O no existe hasta ahora ninguna declaración confiable de por medio? Como resulta pertinente asumirlo, Ayotzinapa es una de las grandes tragedias en la historia contemporánea de este país. Se sabe lo que ocurrió incluso siglos atrás en un país como el nuestro. ¿Por qué permanece una especie de misterio insalvable en torno a hechos tan cercanos como los aludidos?
La anterior es una pregunta clásica o recurrente en un país como el nuestro cuando se trata de la necesidad pública de poner en claro acontecimientos de reconocido interés general. En su momento, propios y extraños advirtieron que lo ocurrido se trató de una auténtica barbaridad que generó un pesar social extendido, que sigue todavía vigente a pesar del tiempo transcurrido. Pero es claro que cada vez está resultando más difícil o complicado presentar a la opinión pública la verdadera trama de los hechos.
Por lo visto, a eso se reduce todo. En este marco no deja de ser útil la promesa de la Claudia Sheinbaum Pardo en el sentido de que el próximo gobierno no le dará carpetazo al caso de los desaparecidos normalistas de Ayotzinapa. En estas palabras bien puede advertirse una razonable esperanza de que la trama verdadera de los hechos respectivos llegue a conocerse. Sería pertinente que así ocurriera. A pesar del tiempo transcurrido, padres y madres de los jóvenes estudiantes desaparecidos no han dejado de marcar exigencias al respecto sin asomo de desmayo. Por eso en su momento habrá que enfrentar los hechos por dolorosos que resulten de una u otra manera.
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