Se sabe que el primer consumo etílico en los menores se está presentando a los 10 años de edad
Por: Gerardo Armenta
Como en cualquier otra parte, quién sabe qué tantas cosas, hechos o actitudes puedan resultar extremadamente graves en Navojoa, ante ojos propios y ajenos. Quizá éstos últimos sean lo de menos. Los ojos que están en la inmediatez son los que deberían certificar la mortificación que causa (o debería causar) una realidad tan poco edificante como la que tiene que ver con el consumo de alcohol por parte de niños.
No debe estar de más advertir puntualmente que esa clase de consumo es cada vez más alarmante entre menores de edad en una demarcación como la Perla del Mayo. Quizá una descripción de esta naturaleza no provoque en nadie la menor actitud de asombro o sorpresa. El mundo de hoy en todas partes es una siniestra caja de sorpresas en los más diversos sentidos que sea posible invocar. Pero una afirmación como la que se plantea no conduce necesariamente al regocijo de nadie, sino al contrario.
Por lo menos eso es lo que cabe suponer. Datos tangibles, y hasta un tanto insólitos, documentan el problema del alcoholismo infantil en el ámbito navojoense. Por ejemplo, se sabe que el primer consumo etílico en los menores se está presentando a los 10 años de edad. De allí, como es obvio inferirlo, porque ocurre a menudo, se parte existencialmente a la toma de sustancias más nocivas o peligrosas.
Los anteriores no son datos producto de la invención amarillista de nadie. Todo lo contrario. Porque fueron proporcionados por José Inés Buitimea, director local de Narconon. Debe considerarse que la conducta que se describe ocurre por diversos factores. Pero uno decisivo es el que tiene que ver con la facilidad existente para la adquisición del alcohol. Este no es un problema nuevo. Su extrema gravedad debe radicar en el hecho de que el paso del tiempo lo ha generalizado todavía más.
La existencia de niños borrachos en un lugar no es ninguna gratificación social que enorgullezca a nadie, sino todo lo contrario. Describir un problema de esta magnitud debe ser fácil. La complejidad estriba en dotarlo de solución. Como siempre, lo más elemental radica en postular que debe ser en el ámbito familiar donde debe encararse frontalmente esta anomalía social. Pero sucede que es allí donde empieza a menudo. Realidad triste la de los niños ebrios que empiezan a serlo en esa etapa.
Un tema más agradable (en lo que cabe) puede ser el siguiente. Tomemos nota. El rey de los deportes. Así fue etiquetado el beisbol, durante mucho tiempo. Pero también parecería que hace mucho que dejó de serlo. Este tema fue abordado recientemente en la amena e ilustrativa columna Detrás del Dinero que escribe Mauricio Flores y que publica DIARIO DEL YAQUI.
En esa columna quedó en claro que actualmente el futbol tiene mayor preferencia popular que el beisbol. En una encuesta reciente, el balompié fue preferido por el 56 por ciento de los aficionados, mientras que el beisbol apenas logró un 24 por ciento. La encuesta fue realizad por Nielsen Sports de la empresa Nielsen, reconocida como líder mundial en medición de audiencias, datos y análisis. Su enfoque es la industria del deporte.
El trabajo suyo que se comenta va parejo con una evidencia más o menos demostrable: el beisbol parecería que ha perdido mucho del "gancho" o atractivo que llegó a tener en un país como el nuestro. Y no es tanto que hoy por hoy se le deba obsequiar un sentido réquiem. Pero sí resulta entendible la baja general de su aceptación, a expensas de un deporte como el futbol, amo y señor de la audiencia en tiempos como los que corren.
Curiosamente en Estados Unidos el beisbol mantiene sus fueros cada que realza con la Serie Mundial respectiva. En México la Serie del Caribe nunca logró prender del todo. Existen el beisbol de verano y el invernal. Sus respectivas campañas son las que mantienen con oxígeno en México al que fue el rey de los deportes. Este se quedó sin estrellas propias desde que los prospectos descubrieron el camino que lleva a las Grandes Ligas. Y ni modo de frenarlos.
La televisión nacional nunca ha querido al beisbol. Televisa le entró al asunto cuando surgió Fernando Valenzuela. Pero no todos los días aparecen peloteros como el oriundo de Etchohuaquila (Navojoa). Al final Televisa se quedó con un juego a la semana que terminó por desaparecerlo. Allí estuvieron grandes maestros de la crónica respectiva como Pedro "El Mago" Septién y Jorge "Sony" Alarcón. Pero lo fuerte de la llamada "caja chica" siempre fue (y sigue siéndolo) el deporte de las patadas, igual para Televisa que para las demás televisoras capitalinas.
En la encuesta aludida, después del futbol como el deporte más favorecido por los aficionados, le siguen el box (40%), futbol americano (29%) y basquetbol (25%). Como se anotó al principio, el beisbol está en quinto lugar junto con la lucha libre. Uno y otra tienen 24% de aceptación. ¿Peor es nada? En efecto...
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