Es un panorama diferente al de hace unas semanas; no hay que cantar victoria, porque las lluvias puede ser sólo por este año
Por: Francisco González Bolón
Por si acaso le vienen con el cuento de que el Gobierno provocó lluvias con el bombardeo de nubes, no les crea. Este año no ha habido necesidad de esa práctica que es hasta cierto punto poco útil, según la experiencia de muchos años en la cobertura de la fuente agropecuaria.
Lo que sí es cierto es que en estas regiones se viven ciclos de sequía que hace algunos años eran leves, pero desde 1984 aproximadamente se han ido extendiendo en meses, pero se asoman con mayor frecuencia.
Los abuelos cuentan que antes decir que llegaba un frente frío se consideraba por lo menos tres días de lluvia. O el inicio del periodo de precipitaciones era casi con exactitud el 24 de junio y en diciembre llegaban las equipatas y conforme pasaban los primeros doce días de cada año nuevo, se sabía en qué medida llovería cada mes.
Hoy, la mano del hombre al destruir la naturaleza ha cambiado todos esos ciclos y los periodos de lluvia son casa vez más escasos, pero este año las condiciones han mejorado, por lo cual la sequía tiende a desaparecer, sin que eso signifique que se deban echar las campanas al vuelo sino, por el contrario, cuidar cada vez mejor el agua.
El reporte de la Comisión Nacional del Agua sobre la sequía tiene una nueva cara. Veamos:
“En la segunda quincena de agosto de 2022, se observaron lluvias por arriba del promedio en las regiones noroeste, norte, centro-occidente y sur del país, así como en la Península de Yucatán. Estas lluvias fueron ocasionadas por la influencia del Monzón de Norteamérica, que durante esta quincena también interaccionó con un frente frío (fuera de temporada), por el ingreso de humedad de las ondas tropicales números 22, 23, 24, 25 y 26, la presencia del potencial ciclón tropical Cuatro y el desarrollo de una baja presión.
“Estos aportes de precipitaciones ayudaron a que las categorías de sequía de moderada, severa y/o extrema (D1, D2 y/o D3) se disminuyeran en la península de Baja California, Sonora, Durango, Chihuahua y Coahuila, y en este último estado destacó la eliminación de la sequía excepcional (D4) que afectó al país desde marzo de 2022.
“Aunque en algunas regiones del país las lluvias fueron favorables, en otras se tuvieron déficits de precipitación, por lo que se incrementaron las áreas de sequía moderada y severa (D1 y D2) en regiones de Tamaulipas, San Luis Potosí e Hidalgo, la sequía moderada (D1) se aumentó en Veracruz, Oaxaca y Chiapas, mientras que, las condiciones anormalmente secas (D0) se incrementaron principalmente en zonas del sur y sureste del país.
“Al 31 de agosto de 2022 el área con sequía de moderada a excepcional (D1 a D4) fue de 27.05% a nivel nacional, 8.29% menor que lo cuantificado al 15 de agosto”.
Con esa información se puede decir que de dos mil 463 municipios del país, ya solamente quedan 596 con sequía, mientras que en el renglón de anormalmente secos están 975 y otros 892 no tienen afectación alguna.
Es pues un panorama distinto al de hace algunas semanas, pero, debemos repetirlo, no hay que cantar victoria porque el periodo de lluvias puede ser solamente de 2022 y en 2023 ya no presentarse tan bien.
Ayer, por ejemplo, comenzaron a enviarse, a través del río Yaqui, 380 metros cúbicos de agua desde la presa El Novillo hacia la Oviáchic.
Por lo tanto, los pueblos ribereños del Yaqui, Cajeme incluido, ya han tomado precauciones ante el arribo controlado de esos afluentes y habrá que agradecer al Creador y a la naturaleza que una vez más se viva la abundancia de agua, a pesar de que su presencia ha causado, también, problemas diversos en zonas como Guaymas, Empalme, Cajeme, Navojoa, Hermosillo y Nogales, principalmente.
Unas por otras, pero ya las nuevas generaciones deben entender la importancia de este recurso natural y cuidarlo debidamente. Al mismo tiempo, trabajar para revertir las sequías. Estamos a tiempo.
Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com