El brillo del billete, junto con el miedo a las órdenes de aprehensión por los líos con los camioneros, hizo a los de Loma de Guamúchil refugiarse
Por: Francisco González Bolón
El silencio de la Tropa Yaqui en torno a los problemas vividos al interior hace sospechar, primero, que se prepara algo fuerte que revelará las arbitrariedades de Adelfo Regino Montes y su equipo o, en su defecto, que el valor mostrado por los yaquis para defender sus usos, costumbres, territorio, agua y otros recursos naturales, se acabó.
En plática con indígenas que apreciaron los eventos recientes con el Presidente de la República, señalan que en realidad una vez más las autoridades tradicionales convocadas han caído en el engaño y que finalmente ni el espíritu del decreto de Lázaro Cárdenas hará que dejen de aceptar el Distrito de Riego 018, mediante el cual tácitamente entregan su aprobación para que el Acueducto Independencia siga operando.
Algunos yaquis dicen que las autoridades tradicionales que le siguen el juego al INPI ya se han vuelto adictas al atole con el dedo y que por eso poco se ha hablado de que si bien tendrán un Distrito de Riego, las condiciones de operación no son las mejores, pues hay una maquinaria obsoleta y los canales de riego y drenes, junto con las aportaciones de agua desde El Novillo, no garantizan que la dotación del líquido sea en las mejores condiciones. Y los buenos resultados, menos.
A las tierras que se entregarán como parte de la restitución del territorio decretado en 1940 no les llegará el agua, consideran, y mucha superficie prometida es más bien de agostadero, por lo cual será difícil incorporar mas terrenos de cultivo, por lo cual la situación económica de muchos yaquis será similar a la actual: o rentan a precios bajos o no comen.
Muchos culpan una vez más a Rosario Ozuna Zúñiga como el manipulador que ha llevado a pueblos como Loma de Guamúchil a desistir de sus derechos a cambio de unos cuantos pesos que en este caso son unos 500 mil pesos mensuales con tal de retirarse de bloqueos de carreteras como el ubicado en el danzante yaqui.
Ya vendió a los yaquis en 1997, cuando les expropiaron las dos mil 688 hectáreas de La Cuchilla, sostienen, y ahora está haciendo lo mismo porque económicamente le conviene.
El brillo del billete, junto con el miedo a las órdenes de aprehensión por los problemas con los choferes de camiones, hizo a los de Loma de Guamúchil refugiarse pero al final de cuentas, señalan, no es a ellos a los que les toca el dinero sino, otra vez, a quien los está manipulando.
Está muy silencioso el hecho de que Ferrocarriles entregó hace pocas semanas un recurso para repartirse entre los ocho pueblos. Dicen los enterados que les tocó como de a millón por cada cabecera, pero de ese recurso la gente, la tropa, no ha visto mas que migajas, como siempre ha sucedido.
Y es que, más allá de las autoridades tradicionales, sostienen, los que resultan “ganones” son los líderes que se encierran en restaurantes o en sitios refrigerados con Regino Montes antes de pasar a las comunilas a “tirar verbo” para que la gente siga engañada mientras las negociaciones de alto nivel sobre el agua y el territorio se realizan.
Si no fuera así, preguntan, ¿por qué pasar por encima de amparos en revisión contra el Distrito de Riego? Sin ser una obra de seguridad nacional, sostienen, se quieren parecer a sus jefes que desacatan las órdenes judiciales solamente porque tienen el sartén por el mango.
Total, que aún en silencio sobre todo este enmarañado proceso de justicia, los yaquis siguen dando de qué hablar y no dude usted que pronto se envalentonen unos cuantos y hablen lo que se deba decir para desenmascarar a quienes hoy se dicen justicieros, pero que en realidad son lobos con piel de oveja.
Ya veremos.
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