Estudiar a estos parásitos puede ser clave para entender las separaciones y uniones de grupos en la historia
Por: César Omar Leyva
Un fascinante estudio sobre la genética del piojo de la cabeza, encabezado por Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) podría cambiar la forma en que entendemos las migraciones humanas a lo largo de la historia.
Los piojos, parásitos que han coevolucionado con los seres humanos, no solo nos acompañan en la actualidad, sino que su distribución genética en todo el planeta podría ayudarnos a reconstruir los movimientos de nuestras poblaciones a lo largo del tiempo.
Los piojos de la cabeza (Pediculus humanus) son ectoparásitos que solo se propagan entre los humanos, lo que los convierte en excelentes indicadores de las migraciones de nuestros ancestros.
Este estudio, realizado por investigadores de la UNAM y la Universidad de Florida, sugiere que los piojos podrían ser clave para entender cómo y cuándo los grupos humanos se separaron y se reunieron a lo largo de los siglos.
PIOJOS EUROPEOS Y AMERICANOS
Al analizar la variabilidad genética de estos insectos, los científicos han descubierto vínculos entre los piojos de diferentes continentes, como América y Europa, lo que refleja las grandes olas migratorias, como la colonización de América por los europeos.
Además, el estudio demuestra que los piojos podrían ofrecer pistas sobre relaciones entre grupos humanos que no se encuentran en el ADN ni en los registros arqueológicos tradicionales.
Este innovador enfoque utiliza el ADN de los piojos para trazar un mapa de la dispersión humana, un ángulo único para observar nuestra evolución y los contactos entre culturas a lo largo del tiempo.