La salida de la exgobernadora Haley abre el camino al expresidente de EU para centrarse en su probable repetición del duelo con Biden en noviembre
Por: Luis Flores
La exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, fue la primera rival significativa de Donald Trump cuando se sumó a la contienda en febrero de 2023.
Sin embargo, en la etapa final de su campaña advirtió de forma agresiva al Partido Republicano que no se alineara con Trump, que según dijo está demasiado consumido por el caos y los agravios personales como para derrotar al actual presidente, Joe Biden, en las elecciones generales.
PANORAMA
Cabe destacar que la salida de Haley allana el camino a Trump para centrarse en su probable repetición del duelo con Biden en noviembre. El expresidente va camino de conseguir los mil 215 delegados necesarios para obtener la candidatura republicana este mes.
Haley abandonó la campaña por las presidenciales de 2024 tras hacer historia como la primera mujer en ganar unas primarias republicanas. Derrotó a Trump en el Distrito de Columbia el domingo y en Vermont el martes.
Había insistido en que se mantendría en la pugna hasta el Supermartes y recorrió el país haciendo campaña en estados que celebraban primarias republicanas. Al final no pudo trastocar el avance arrollador de Trump hacia su tercera candidatura republicana.
Los aliados de Haley señalaron que ya había superado las expectativas de la mayoría al llegar tan lejos.
ANTECEDENTES
Cabe recordar que un principio Haley descartó presentarse contra Trump en 2024. Pero después cambió de opinión y comenzó su campaña tres meses después que él, con argumentos como los problemas económicos del país y la necesidad de un "cambio generacional".
Haley, de 52 años, pidió más tarde que se hicieran pruebas de competencia a los políticos mayores de 75 años, una alusión tanto a Trump, que tiene 77 años, como a Biden, de 81 años.
Sin embargo, Haley ha dejado claro que no quiere servir como vicepresidenta de Trump ni presentarse en una tercera candidatura organizada por el grupo No Labels. Abandona la campaña con una posición reforzada a nivel nacional que podría ayudarla en un intento futuro de optar a la presidencia.