Los hechos ocurrieron en un pueblo cercano a la frontera con Brasil, el pasado miércoles y las autoridades continúan realizando trabajos en el lugar
Por: Luis Valenzuela
La nación venezolana se encuentra sumida en luto tras el trágico colapso de una mina en el Estado amazónico de Bolívar, que ha dejado un saldo de al menos doce personas fallecidas. El fatídico incidente tuvo lugar el pasado miércoles en un municipio colindante con Brasil, generando una respuesta inmediata por parte de las autoridades nacionales.
A través de la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter, el director de Protección Civil, Carlos Pérez Ampueda, emitió un comunicado confirmando el número de víctimas y anunciando la planificación del traslado de los cuerpos sin vida a la ciudad de Puerto Ordaz, también ubicada en el Estado de Bolívar.
Pérez Ampueda destacó la coordinación de esfuerzos entre las fuerzas armadas y equipos de rescate, quienes llevan a cabo operaciones aéreas para brindar apoyo humanitario a la comunidad indígena de Ikabarú, la cual resultó severamente afectada por el desastre.
A pesar de la falta de detalles específicos sobre los daños ocasionados, el director de Protección Civil indicó que se entregó una cantidad no especificada de alimentos, medicinas y enseres en la zona afectada.
Mientras tanto, el Gobierno de Bolívar informó a través de la misma red social que un equipo multidisciplinario se encuentra realizando labores de búsqueda y rescate en la mina, que según informes locales, se dedicaba a la extracción de oro.
La organización no gubernamental SOS Orinoco ha levantado la voz para denunciar este trágico suceso como una "tragedia anunciada". Según sus registros, la mina ya había sufrido un desbarrancamiento el pasado 12 de noviembre, dejando varios heridos en ese entonces.
La ONG responsabiliza directamente a las autoridades por permitir que la mina continuara operando, catalogando esta actividad como una forma de minería criminal e inhumana.
La tragedia pone de manifiesto las controversias en torno al Arco Minero del Orinoco (AMO), un proyecto del Gobierno que ha sido criticado por activistas al considerarse un sistema depredador. Este programa busca explotar las ricas reservas de oro y minerales presentes en la región, atrayendo la presencia de grupos criminales.
Mientras el Ejecutivo, con apoyo militar, extrae riquezas de la zona, las críticas arrecian, señalando la necesidad de revisar las prácticas mineras y de garantizar la seguridad de las comunidades afectadas.