¿Terminator, eres tú? Inteligencia Artificial modifica códigos para lo que fue programada y evade el control humano

El inesperado hecho alertó a sus diseñadores, quienes tuvieron que actuar de inmediato para reconfigurarla; de ahí que parlamentos quieren regularla

Por: Edel Osuna

La Inteligencia Artificial (IA) vino a revolucionar todo el segmento de tecnologías, pues fue diseñada para la resolución de problemas.

Aunque pareciera sacada de una película de ficción, una IA modificó los códigos para lo que fue programada y evadió el control del ser humano, ya que con la información con que fue “alimentada”, empezó a desarrollar de manera autómata sus funciones o tareas.

El extraño incidente ocurrió en Japón, durante una fase de pruebas de The AI Scientist, un sistema diseñado para la elaboración, edición y revisión de textos.

De acuerdo con sus creadores, el extraordinario hecho fue que la IA redujo el tiempo que se le impuso para la solución de una tarea.

Y aunque la Inteligencia Artificial fue creada para ayudar a los seres humanos en la optimización de tiempos en la resolución de problemas, al parecer The AI Scientist no quiere operar como se le indica, sino que ha creado sus propias reglas.

En otras palabras, la IA se reprogramó; sin embargo, al hacerlo, sobrecargó el sistema, detonando las alarmas, por lo cual sus programadores debieron actuar de inmediato para devolverla a su configuración para lo que fue diseñada.

REGLAMENTAR LA IA

Este hecho ha sentado un precedente y pone sobre la mesa si en algún momento dado, y sin que sea detectada, una Inteligencia Artificial pueda operar sin intervención humana.

Por otro lado, también prende las alertas a nivel internacional, poniendo en la palestra que parlamentos como el de la Unión Europea pidan que esta sea regulada, así como en México, donde durante el foro “Las dimensiones de la Inteligencia Artificial” que especialistas advirtieron sobre los riesgos que implica el uso de este programa tanto en el mundo laboral, como en el privado.

Y es que muchos temen que, sin leyes que regulen la Inteligencia Artificial, se llegue al escenario que en alguna ocasión planteó la cinta Terminator: la rebelión de las máquinas.