La iniciativa está en manos de los legisladores, y se da luego del brutal y cruel asesinato de una niña de cinco años a manos de unos pervertidos
Por: Edel Osuna
A raíz del terrible asesinato perpetrado por un pedófilo reincidente y su pareja en contra de una niñita de cinco años de edad, Rusia pretende endurecer sus leyes en contra de estos delitos, por lo que los legisladores están a punto de aprobar una ley que contempla enviarlos de por vida al ártico.
Allí, se indicó, se establecerían duras prisiones polares de trabajos forzados en minas de Siberia para pedófilos reincidentes, señaló el presidente del parlamento ruso.
La nueva legislación surge a raíz de la cruel violación y asesinato a puñaladas de una niña de cinco años, a manos de un pedófilo reincidente y su amante.
EL CASO
Veronika Nikolayeva era una niña alegre, que en el que sería, sin saberlo, el último día de su vida, había estado jugando cerca de donde trabajaba su madre, en Kostroma; de ahí nadie más volvió a verla, pues fue secuestrada para ser abusada sexualmente y asesinada.
El momento en que es "levantada" quedó grabado en una cámara de seguridad, y se ve cómo la pequeña lucha y se defiende, pero ninguna persona de las que pasó por ahí acudió a ayudarla; los hombres se la llevaron a su casa.
Al poco, el cuerpo de, golpeado y mancillado, la menor fue encontrado en una bolsa de lona; por este crimen fueron detenidos Denis Gerasimov, de 44 años, y Vadim Belyakov, quienes buscaban la manera de deshacerse del cadáver; al momento de su arresto confesaron el asesinato.
LA DECISIÓN
Vyacheslav Volodin, presidente del Parlamento ruso y aliado de Vladimir Putin, señaló que lo ocurrido a Veronika es una tragedia y se ve la urgencia de endurecer las leyes en contra de estos agresores sexuales.
"Hagamos todo lo posible para que en enero se apruebe la ley de cadena perpetua para pedófilos", señaló.
Respaldó la petición de mandar a estos depravados a regiones gélidas a cumplir sus sentencias, donde "deben cumplir cadenas perpetuas en las condiciones más duras, en el extremo norte (de Rusia) o en las minas. Estos malditos deberían pasar por el trabajo más duro, para que recuerden los crímenes que cometieron todos los días y se arrepientan'.
Ellos "no pueden ser llamados humanos", puntualizó el legislador.