Los restos mortales de Jorge Mario Bergoglio descansan en la Basílica de Santa María la Mayor, y no en la de San Pedro. Una rosa blanca le acompaña
Por: Edel Osuna
El sábado 26 de abril, cinco días después de su muerte a los 88 años de edad, víctima de un derrame cerebral, los restos mortales del Papa Francisco encontraron su última morada: la Basílica de Santa María la Mayor, de Roma.
Ese día, durante una ceremonia en la que participó la Curia romana, así como los integrantes del Colegio Cardenalicio y demás funcionarios del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio fue depositado en su tumba, la cual permaneció cerrada hasta el día siguiente.
Es decir, a partir del domingo 27 de abril, el sepulcro de quien por 12 años dirigiera la Iglesia católica estaría abierto al público para que visitaran el lugar de la última morada de Jorge Mario Bergoglio, nombre secular del exobispo de Roma.
Desde el momento en que se abrió, la tumba había recibido la visita de más de 30 mil personas, que desde temprano acudieron a Santa María la Mayor para rendir homenaje a "Franciscus", según le lee en la inscripción de la lápida de mármol blanco.
La tumba, acompañada simplemente de una rosa blanca, era un antiguo armario de candelabros y está ubicada en un lateral en el templo del siglo V; además, era uno de los favoritos del Papa Francisco, quien en su testamento pidió ser sepultado en ella, el cual está consagrada la imagen mariana de Salus Populi Romani, de la que el líder religioso era devoto.