Los afectados acusan a sus propietarios de no haber protegido adecuadamente a las víctimas cuando el Río Guadalupe se desbordó
Por: Brayam Chávez
Las familias de seis campistas y dos consejeras que murieron durante las inundaciones que devastaron el campamento Mystic en julio pasado, en Texas, han presentado demandas legales por negligencia grave. De acuerdo con reportes de CNN, los padres acusan al campamento y a sus propietarios de no haber protegido adecuadamente a las víctimas cuando el río Guadalupe se desbordó de manera repentina.
DETALLES DE LAS DEMANDAS PRESENTADAS
Dos demandas separadas fueron interpuestas ante el Tribunal de Distrito del Condado de Travis. Ambas solicitan un juicio con jurado y compensaciones superiores a un millón de dólares por daños emocionales y sufrimiento mental.
La primera demanda fue presentada por los familiares de cinco campistas y dos consejeras: Anna Margaret Bellows, Lila Bonner, Chloe Childress, Molly DeWitt, Katherine Ferruzzo, Lainey Landry y Blakely McCrory.
La segunda acción legal proviene de la familia de Eloise "Lulu" Peck, una niña de 8 años, quien también perdió la vida en el siniestro.
En ambos casos, los demandados son Camp Mystic y los miembros de la familia Eastland, propietarios del campamento.
SEGURIDAD IGNORADA EN FAVOR DE LAS GANANCIAS
Los documentos judiciales señalan que el campamento actuó con protocolos de seguridad anticuados y priorizó la protección de bienes materiales sobre la vida de las personas.
Entre las acusaciones más graves se incluyen:
- Ubicación riesgosa: el campamento habría alojado deliberadamente a las niñas más pequeñas en cabañas situadas en zonas vulnerables a inundaciones para evitar costos de reubicación.
- Falta de preparación: pese a las regulaciones estatales, no existía un plan de evacuación funcional ni entrenamiento adecuado para el personal.
- Evacuación tardía: cuando la tormenta se aproximaba, los administradores dedicaron más de una hora a mover equipos antes que evacuar a las personas. Incluso cuando el agua comenzó a inundar las cabañas, se ordenó a las niñas permanecer en el lugar, a tan solo 300 pies de una zona segura.
LA DEFENSA DEL CAMPAMENTO
Mikal Watts, abogado del campamento Mystic, ha defendido las acciones de la administración, argumentando que se trató de un fenómeno natural impredecible y que el personal actuó con rapidez.
Según su versión, la primera alerta se recibió a la 1:14 a.m., y para las 2:00 a.m. ya se habían iniciado las labores de evacuación. El abogado asegura que se logró evacuar diez cabañas antes de las 3:00 a.m., salvando a 166 campistas.
Watts sostiene que mantener a las niñas dentro de las cabañas fue una medida de protección, ya que trasladarlas durante la tormenta las habría expuesto a un riesgo mayor. Además, calificó la inundación como "un evento que ocurre una vez cada mil años".
UNA TRAGEDIA QUE SACUDIÓ A TEXAS
Durante la madrugada del 4 de julio, lluvias torrenciales azotaron el centro de Texas, particularmente el condado de Kerr. En cuestión de 45 minutos, el nivel del río Guadalupe aumentó hasta 26 pies (7.9 metros), arrasando con todo a su paso.
El desastre dejó un saldo total de 136 personas fallecidas, entre ellas 27 niñas del campamento Mystic. La tragedia se agravó porque ocurrió mientras la mayoría dormía, dificultando cualquier intento de evacuación preventiva.
Dos días antes del suceso, una inspección estatal había certificado que el campamento cumplía con los requisitos normativos. No obstante, las leyes de Texas solo exigen la existencia de un plan de emergencia, sin evaluar su contenido o efectividad. Varios consejeros aseguraron posteriormente que nunca recibieron entrenamiento ni conocían los protocolos de evacuación.
REFORMAS TRAS LA TRAGEDIA
El impacto del desastre impulsó una respuesta inmediata del gobierno estatal. En septiembre, el gobernador Greg Abbott firmó una ley que obliga a las autoridades locales a instalar sirenas y sistemas de alerta en zonas susceptibles a inundaciones.
A pesar del dolor y la controversia, el campamento Mystic ha anunciado su intención de reabrir parcialmente en su 100 aniversario, aunque las áreas cercanas al río Guadalupe permanecerán cerradas por seguridad.
Esta tragedia continúa siendo un símbolo del dolor y la búsqueda de justicia para las familias afectadas, que hoy exigen respuestas ante una catástrofe que, según ellas, pudo haberse evitado.