En el país de Asia, las mujeres son víctimas de agresiones y discriminación debido a supuestas posiciones, ideologías de género
Por: Brayam Chávez
En Corea del Sur, una alarmante ola de agresiones contra mujeres que presumen ser feministas ha despertado una preocupación social cada vez mayor.
Estos sucesos, promovidos por colectivos de hombres jóvenes en internet, evidencian una intensa misoginia arraigada en una sociedad que, a pesar de los progresos, sostiene una notable disparidad de género, de acuerdo con BBC.
UNA CACERÍA EN EL MUNDO DE LOS VIDEOJUEGOS
Darim, una animadora joven que laboraba para un prestigioso estudio en Corea del Sur, difundió el progreso de un videojuego en las redes sociales. No obstante, lo que debió ser un instante de orgullo laboral se transformó en un pesar. Miles de mensajes crueles, entre los que se encontraban amenazas de muerte y violaciones, se acumularon después de la publicación.
El motivo: un acto del personaje femenino en el tráiler, visto por algunos jugadores como un emblema feminista ofensivo.
"Había insultos que nunca había oído antes, eran repugnantes e inhumanos", relató Darim, quien optó por mantener el anonimato.
Frente a la presión, su compañía hizo desaparecer el video y casi expulsó a la joven. A pesar de que mantuvo su trabajo gracias a la intervención de una organización encabezada por Minsung Kim, un exantifeminista que se transformó en defensor, otras mujeres no han tenido el mismo destino.
LA MISOGINIA NORMALIZADA Y SUS CONSECUENCIAS
Estos ataques no son sucesos independientes. Desde la industria de videojuegos hasta áreas como la publicidad, las mujeres se encuentran bajo un monitoreo constante. Una señal de menor magnitud, como un movimiento con los dedos, puede provocar una cacería. Los motivadores generalmente buscan pruebas en las redes sociales para deteriorar la vida laboral de sus metas.
UN AMBIENTE HOSTIL PARA LAS MUJERES
La discriminación por razones de género continúa siendo un problema persistente en Corea del Sur. El país encabeza la disparidad salarial entre hombres y mujeres en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y contabiliza miles de incidentes anuales de cámaras escondidas que infringen la privacidad de la mujer.
A pesar de estos retos, el feminismo se topa con una respuesta violenta, apoyada incluso por declaraciones oficiales como las del presidente Yoon Suk Yeol, que descarta la existencia de la discriminación de género.
El incidente de Jigu, una chica agredida en su oficina por "parecer feminista" al llevar cabello corto, ilustra cómo esta violencia va más allá de la esfera virtual. Pese a que el atacante fue sentenciado, el ataque dejó una huella física y mental duradera en la víctima.