Magdalena y Abigail, feministas y activistas, asesinaron al niño a fines de año porque le tenían desprecio al género masculino
Por: Edel Osuna
El caso del pequeño Lucio Abel Dupuy, de cinco años, que murió a manos de su madre y la pareja sentimental de esta, no deja de asombrar, porque no se conocían las causas que orillaron as las féminas asesinarlo.
Sin embargo, ya trascendió que el motivo por el que las mujeres, que se decían feministas y activistas, mataron al chiquitín de La Pampa, Argentina.
De acuerdo con peritajes realizados el mes pasado, Magdalena Espósito Valenti y Abigaíl Páez le quitaron la vida a Lucio por el simple hecho de ser hombre, pues sentían repulsión por su género, además de que interfería con su vida como pareja; no obstante, las presuntas asesinas no han admitido haberlo matado.
Por otro lado, el abuelo de Lucio expuso que la Magdalena y Abigaíl estaban conscientes de lo que hacían cuando mataron al niño.
"La progenitora declaró que nunca quiso ser madre, lo cual es mentira porque ella buscó a Lucito", refirió el hombre.
EL CRIMEN
Como se recordará, el 26 de noviembre de 2021 la muerte del niño Lucio Abel Dupuy a manos de su madre y la novia de esta conmocionó al mundo.
Y es que tanto la madre, como la amante de ésta, le propinaban brutales golpizas al chiquitín, además de que tenía huellas de abuso sexual.
Lucio fue visto tirado en el patio por una vecina, quien tomó al pequeño y lo llevó al Hospital Evita, a donde el niño llegó muerto.
Sin embargo, dado a las evidentes huellas de violencia que presentaba el cadáver, pues tenía mordeduras, quemaduras de cigarro y huellas de violación, dieron parte a la Policía, cuyos agentes detuvieron a la mujer y su novia.
El asesinato del niño Lucio fue asesinado el 26 de noviembre del año pasado luego de sufrir reiteradas golpizas de parte de las mujeres imputadas y de acuerdo con el expediente, en el momento de su descompensación, el niño se encontraba en su casa junto a la pareja de su mamá, ya que su progenitora se había ido a trabajar.
La madre y el padre del menor estaban enfrascados en una batalla legal para tener su custodia; sin embargo, en todas las ocasiones que el hombre acudía a los tirbunales, éstos le daban la guarda a la madre.