El presidente de Estados Unidos, de 78 años, se aplicó el biológico en el auditorio de la Casa Blanca frente a periodistas y cámaras
Por: Ofelia Fierros
El presidente de Estados Unidos se aplicó la tercera dosis contra el SARS-CoV-2 este día, luego de que hace tres días las autoridades sanitarias aprobaran la inoculación de refuerzo a personas vulnerables.
Frente a periodistas y rodeado de cámaras, en el auditorio de la Casa Blanca, Biden se subió la manga de la camisa para que una enfermera procediera a aplicarle el biológico del laboratorio Pfizer.
Las autoridades estadounidenses han recomendado a personas mayores de 65 años y población vulnerable, aplicar una tercera dosis de refuerzo.
"Aunque sé que no parece, pero tengo más de 65 años, muchos más, y por eso hoy me aplico mi dosis de refuerzo" dijo el mandatario, de 78 años.
Biden recibió la primera vacuna de Pfizer el 21 de diciembre de 2020 y la segunda el 11 de enero. En las dos ocasiones se vacunó frente a las cámaras de televisión, para que la población se animara a recibir su vacuna.
De acuerdo a las autoridades de Salud estadounidenses, la tercera dosis está recomendada para personas mayores de 65 años, personas de 18 a 64 que sufran una afección médica y a quienes estén más expuestos a la enfermedad, ya sea por trabajo o por el lugar donde viven.
Así como también a personas que trabajen en el área educativa, empleados de supermercados, personal del sector Salud, presos y residentes de albergues. Por lo que aproximadamente 600 millones de norteamericanos son elegibles para recibir el tercer refuerzo del biológico.
El presidente estadounidense anunció que las personas que recibieron el biológico de las farmacéuticas Moderna y Johnson & Johnson, podrían recibir una tercera vacuna de refuerzo cuando se completen los estudios en las próximas semanas, argumentando que deseaba que todos los estadounidenses fueran elegibles en corto plazo.
La decisión del Gobierno estadounidense contradice a las peticiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que solicitó a los países desarrollados no aplicar la tercera dosis ante la desigualdad en la distribución de la vacuna en el mundo.