A continuación te explicamos sobre los requisitos y factores que te ayudar a conseguir el proceso de naturalización
Por: Luis Valenzuela
Algunas personas que optan por emigrar a Estados Unidos buscan la posibilidad de tramitar la ciudadanía estadounidense; recientemente, ha surgido la interrogante sobre si ciertos apellidos podrían facilitar este proceso.
A diferencia de prácticas en algunos países europeos, como España, Francia, Alemania o Portugal, donde determinados apellidos pueden allanar el camino hacia la ciudadanía, el proceso en Estados Unidos es inherentemente más complejo.
¿EXISTEN APELLIDOS QUE PODRÍAN ACERCARTE A LA CIUDADANÍA ESTADOUNIDENSE?
Aunque poseer ciertos apellidos populares, como Smith, Johnson, Brown, Jones, Miller, Davis y Wilson, podría considerarse un factor que facilite el proceso de naturalización, es imperativo comprender que no garantiza automáticamente la obtención de la ciudadanía. Estos apellidos podrían ser un punto de partida, pero no son suficientes por sí solos.
Es esencial subrayar que, además del apellido, existen requisitos fundamentales establecidos por las autoridades estadounidenses para adquirir la ciudadanía.
Entre los requisitos se incluyen la edad mínima de 18 años, la capacidad para leer, escribir y comunicarse en inglés básico (aunque este requisito varía según la edad del solicitante), demostrar buena conducta moral y tener descendientes directos de origen estadounidense. Estos criterios son ineludibles, independientemente del apellido del solicitante.
MATRIMONIO CON UN CIUDADANO ESTADOUNIDENSE PARA LA NATURALIZACIÓN
Aunque el matrimonio con un ciudadano estadounidense es una vía común para la naturalización, la ascendencia de un apellido estadounidense no es suficiente para reclamar la ciudadanía. Sin embargo, las autoridades migratorias podrían considerar tener un apellido popular como un factor que acelere el proceso.
Por lo tanto, el proceso de naturalización en Estados Unidos es meticulosamente detallado y requiere una estricta verificación de los requisitos establecidos.
A pesar de que los apellidos pueden tener cierta influencia en algunos aspectos del proceso, no son determinantes por sí mismos para obtener la ciudadanía.