Huracán "Melissa" deja 49 muertos y devastación en Cuba y el Caribe

Un periodista afirmó que "la noche duró demasiado"; hay miles de evacuados

Por: César Leyva

El huracán "Melissa", de categoría 3, golpeó con fuerza el oriente de Cuba durante la madrugada del miércoles, dejando una estela de destrucción en medio de la crisis económica y energética que vive la isla.

Con vientos sostenidos de 195 km/h, el ciclón golpeó las provincias de Santiago de Cuba, Granma, Camagüey, Las Tunas, Guantánamo y Holguín, provocando derrumbes, inundaciones y graves daños en viviendas, hospitales y centros educativos.

"El huracán nos hizo sufrir más de lo previsto, la noche duró demasiado", relató una periodista desde Santiago de Cuba, donde los techos volaban y los árboles se desplomaban. El Centro de Pronósticos confirmó que Melissa tocó tierra en Chivirico (Guamá) y salió por Banes, ya como categoría 2.

MÁS DE 700 MIL PERSONAS EVACUADAS

El presidente Miguel Díaz-Canel habló de "daños cuantiosos" y se reportó la evacuación de más de 735 mil personas. El servicio eléctrico nacional colapsó parcialmente debido a la salida de termoeléctricas en la zona oriental, afectando al resto del país.

En el Caribe, el paso del ciclón ha sido letal pues al menos 49 personas han muerto, según cifras de la BBC y AP. Haití contabiliza 40 fallecidos y 10 desaparecidos, mientras que Jamaica, aún sin energía eléctrica, reporta ocho víctimas y la peor tormenta en 174 años. En República Dominicana, se registró una muerte y un desaparecido.

Las imágenes desde el oriente cubano muestran ríos desbordados, comunidades incomunicadas y familias que lo han perdido todo. En Cayo Granma, un pequeño islote frente a Santiago, decenas de personas resistieron el impacto sin poder evacuar, temiendo saqueos.

La Cruz Roja calificó el desastre como "una catástrofe sin precedentes" y advirtió sobre la urgencia de ayuda humanitaria. Mientras tanto, los cubanos apelan a la fe y la solidaridad para enfrentar las secuelas de una tormenta que ha puesto nuevamente a prueba la resiliencia del Caribe