Generación Z: ¿Cuáles son sus prioridades en el trabajo?

Las empresas deben adaptarse a estas nuevas demandas y aprovechar el potencial de los jóvenes talentos

Por: Marcela Islas

La Generación Z, aquellos nacidos a finales de los 90 y principios de los 2000, está transformando radicalmente el panorama laboral. Con su llegada masiva a las empresas, las organizaciones se enfrentan al desafío de adaptar sus programas de formación para satisfacer las necesidades y expectativas de esta nueva generación.

LA VELOCIDAD EN EL APRENDIZAJE

Criados en la era digital, los jóvenes de la Generación Z han desarrollado un estilo de aprendizaje único, marcado por su inmediatez, interactividad y personalización. A diferencia de generaciones anteriores, valoran:

  • El aprendizaje rápido y digerible: Prefieren contenidos concisos y fáciles de consumir, como microaprendizaje y gamificación.
  • La experiencia visual: Los vídeos cortos, las imágenes y los elementos interactivos son clave para captar su atención.
  • La flexibilidad: Buscan opciones de formación que se adapten a sus horarios y dispositivos, como el aprendizaje móvil.
  • La relevancia: Desean que la formación esté directamente relacionada con sus roles y objetivos profesionales.
  • La inclusión: Valoran la diversidad y la representación en los materiales de aprendizaje.

EMPRESAS DEBEN ADAPTARSE A ESTOS NUEVOS INTERESES

Para atraer y retener a esta nueva generación de talentos, las empresas deben implementar estrategias de formación innovadoras y personalizadas. Algunas recomendaciones clave incluyen:

  • Microlearning y gamificación. Ofrecer contenidos cortos y atractivos, utilizando elementos de juego para hacer el aprendizaje más divertido y memorable.
  • Aprendizaje visual. Incorporar videos, infografías y simulaciones para facilitar la comprensión de conceptos complejos.
  • Formación híbrida. Combinar la formación presencial con el aprendizaje en línea para fomentar la interacción social y la flexibilidad.
  • Personalización. Crear planes de desarrollo individualizados que se adapten a los intereses y necesidades de cada empleado.
  • Habilidades blandas. Invertir en el desarrollo de habilidades interpersonales como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas.
  • Inclusión y diversidad. Garantizar que los materiales de formación sean representativos y accesibles para todos.

Al invertir en programas de formación diseñados específicamente para la Generación Z, las empresas pueden obtener múltiples beneficios, un ejemplo de ellos es que los empleados se sienten más valorados y motivados cuando sus necesidades de aprendizaje son satisfechas.

Los empleados mejor capacitados son más productivos y eficientes, por lo que una cultura de aprendizaje continuo fomenta la innovación y el crecimiento.

Las empresas actualmente deben buscar atraer y retener a estos jóvenes talentos, adoptando un enfoque innovador y personalizado en la formación. Al hacerlo, no solo estarán preparando a sus empleados para el éxito, sino también posicionando a sus organizaciones para el futuro.