El papamóvil actual se distingue por su sistema eléctrico de emisiones cero, una tracción integral para mayor estabilidad y una velocidad reducida
Por: César Omar Leyva
El Papa Francisco recibió en donación un nuevo papamóvil eléctrico, un Mercedes-Benz Clase G descapotable especialmente adaptado para sus necesidades. Este exclusivo vehículo, entregado por el CEO Ola Källenius y el equipo de fabricación, representa el compromiso del Vaticano con la sostenibilidad, alineándose con su meta de contar con un parque vehicular completamente libre de emisiones para 2030.
La historia de los papamóviles se remonta a 1930, cuando Mercedes-Benz entregó el primer vehículo oficial al Papa Pío XI. Desde entonces, estos autos han evolucionado para combinar tecnología, seguridad y comodidad, permitiendo al Pontífice interactuar con los fieles durante audiencias y eventos públicos.
Su diseño característico, que generalmente incluye cabinas descapotables o vidriadas, permite al Papa ser visible mientras mantiene altos estándares de protección.
El papamóvil actual se distingue por su sistema eléctrico de emisiones cero, una tracción integral para mayor estabilidad y una velocidad reducida ideal para desplazarse por la Plaza de San Pedro. Además, cuenta con adaptaciones personalizadas como una silla giratoria y acabados interiores hechos a mano.
COSTOS DIFÍCILES DE ESTIMAR
Este nivel de personalización, junto con la exclusividad de la fabricación, hace que los costos de estos vehículos sean difíciles de estimar. Sin embargo, considerando que el modelo base del Mercedes-Benz Clase G eléctrico tiene un precio cercano a los 120 mil dólares, y sumando las modificaciones y la producción a medida, se estima que el valor final del papamóvil podría superar los 200 mil dólares.
Tradicionalmente, estos vehículos son donados al Vaticano por fabricantes como estrategia de marketing. En años recientes, marcas como Renault han utilizado el papamóvil para promocionar modelos más accesibles, como la Duster, que en su versión comercial oscila entre 265 mil y 305 mil pesos mexicanos, mientras que su adaptación para el Papa alcanzó un valor mucho mayor.
Más allá de su costo, estos vehículos simbolizan la mezcla de innovación y tradición, reflejando el espíritu de modernidad y cercanía del pontificado de Francisco.