La evidencia sugiere que jugar, en sus diversas formas, no solo es una forma de entretenimiento, sino una herramienta para el bienestar cognitivo
Por: Araceli Rodríguez
Un reciente estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour ha puesto en evidencia los efectos positivos de los videojuegos en la salud mental, y es que aunque mucho se ha hablado acerca de su papel en los humanos, lo cierto es que también cada vez se reconoce su presencia en la sociedad, al grado de que está próximo a abrir sus puertas el Museo de Nintendo.
El análisis, basado en una muestra de más de 97 mil participantes en Japón durante la pandemia, concluye que jugar en consolas como PlayStation 5 o Nintendo Switch puede ofrecer beneficios duraderos para el bienestar psicológico.
A pesar de las críticas históricas que asocian los videojuegos con la violencia, la adicción y el aislamiento social, la investigación liderada por Hiroyuki Egami, científico del comportamiento de la Universidad de Nihon, desafía estas percepciones.
Utilizando cuestionarios y técnicas avanzadas de machine learning, el estudio logró ofrecer un análisis riguroso de la relación entre el juego digital y la salud mental.
Durante el confinamiento en Japón, donde las consolas estaban disponibles sólo mediante un sorteo, se compararon los niveles de angustia psicológica y satisfacción con la vida entre los ganadores y perdedores del sorteo.
Los resultados mostraron que tener una consola redujo la angustia y aumentó la satisfacción en un rango de entre 0.1 y 0.6 puntos.
Los efectos positivos fueron especialmente evidentes durante las primeras tres horas de juego, aunque no se observaron efectos nocivos.
El estudio también reveló diferencias en los beneficios según el tipo de consola: la Nintendo Switch mostró mayores beneficios para adolescentes y mujeres, mientras que la PlayStation 5 fue más efectiva para jóvenes profesionales y adultos sin hijos.
Aunque no se examinó el impacto de juegos específicos, los investigadores creen que los beneficios observados son significativos y duraderos.
El hallazgo se suma a un número creciente de evidencia científica que desafía la visión negativa de los videojuegos.
Investigaciones anteriores, como las realizadas por la Universidad de Oxford y la Universidad de Limerick, ya habían comenzado a señalar los efectos positivos de los videojuegos en la salud mental, incluyendo la reducción de síntomas de ansiedad y depresión.
Peter Etchells, profesor de Psicología en la Universidad de Bath, considera que este estudio, aunque interesante, no es sorprendente dada la tendencia creciente a reconocer los beneficios de los videojuegos.
Etchells subraya la importancia de continuar investigando en entornos naturales y sugiere que una mayor colaboración entre la comunidad científica y los fabricantes de consolas podría facilitar estudios más ambiciosos y menos dependientes de cuestionarios subjetivos.
La investigación de Egami y su equipo también destaca la brecha existente entre la evidencia científica y la percepción pública de los videojuegos. A pesar de la creciente evidencia de sus beneficios, la impresión general sobre los videojuegos sigue siendo negativa. Los expertos coinciden en que es crucial cerrar esta brecha y fomentar una visión más equilibrada sobre el impacto de los videojuegos en la sociedad.
En un contexto donde aproximadamente tres mil millones de personas juegan videojuegos regularmente, y donde el 85 por ciento de los menores de 35 años participa en esta actividad, es fundamental continuar explorando los efectos de los videojuegos en el bienestar.