Aunque se trata una de las formas más conocidas, en realidad es distinta, pues está vinculada a una situación de salud más delicada
Por: Edel Osuna
La comunidad médica internacional dio un paso histórico en la comprensión de la diabetes al reconocer oficialmente la diabetes relacionada con la desnutrición (DMRM) como diabetes de tipo 5. La decisión se adoptó durante una reunión de expertos celebrada en enero de 2025 y fue ratificada por la Federación Internacional de Diabetes (FID) en el Congreso Mundial de Diabetes 2025, realizado en Bangkok, Tailandia.
Con este reconocimiento, la diabetes tipo 5 se suma a las ya conocidas categorías: tipo 1, tipo 2, tipo 3c y diabetes gestacional. La nueva clasificación busca visibilizar una enfermedad largamente ignorada y avanzar hacia una atención más equitativa para millones de personas afectadas, en especial en regiones con bajos recursos. Los expertos subrayan que esta categoría permitirá mejorar la comprensión de la salud metabólica en jóvenes adultos que crecieron en contextos de pobreza o inseguridad alimentaria.
UNA ENFERMEDAD VINCULADA A LA DESNUTRICIÓN
La diabetes tipo 5 tiene su origen en una desnutrición prolongada, principalmente durante la infancia y la adolescencia. La mala nutrición materna, las infecciones recurrentes y la falta crónica de alimentos adecuados impiden el desarrollo normal del páncreas, reduciendo su capacidad de producir insulina.
A diferencia de la diabetes tipo 1, no es una enfermedad autoinmune, y tampoco está asociada a la resistencia a la insulina, como ocurre en la tipo 2. Se trata de una insuficiencia pancreática no autoinmune, donde el órgano no logra generar suficiente insulina debido a un desarrollo insuficiente del tejido pancreático.
Los especialistas destacan que esta condición refleja con crudeza el impacto de la pobreza en la salud, afectando sobre todo a comunidades con déficit nutricional crónico, refugiados y migrantes provenientes de entornos vulnerables, incluso tras su reasentamiento en países de renta alta.
SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO
La diabetes tipo 5 suele manifestarse en adolescentes y adultos jóvenes, con síntomas similares a los de la diabetes tipo 1:
- Pérdida de peso
- Sed excesiva
- Micción frecuente
- Fatiga
- Niveles elevados de glucosa en sangre
Sin embargo, los pacientes con este tipo de diabetes suelen presentar un índice de masa corporal inferior a 19 kg/m² y no muestran señales autoinmunes, lo que permite diferenciarla de la tipo 1.
Hasta hace poco, la falta de criterios diagnósticos estandarizados provocaba errores de diagnóstico frecuentes, con pacientes tratados como si tuvieran diabetes tipo 1 o tipo 2, lo que generaba resultados inadecuados y mayores desigualdades en la atención.
UN TRATAMIENTO CENTRADO EN LA NUTRICIÓN
El abordaje de la diabetes tipo 5 requiere estrategias adaptadas a las condiciones socioeconómicas de cada paciente. El tratamiento debe enfocarse tanto en el control glucémico como en la corrección de la desnutrición subyacente.
Las principales medidas terapéuticas incluyen:
- Apoyo nutricional para revertir los déficits a largo plazo.
- Medicamentos orales que estimulen la producción de insulina.
- Administración de dosis bajas de insulina, cuando sea necesario.
Los tratamientos estándar para los tipos 1 y 2 suelen ser ineficaces en estos casos, ya que la raíz del problema es la falta de insulina causada por un páncreas subdesarrollado. Sin un diagnóstico y manejo adecuados, los pacientes enfrentan un mayor riesgo de complicaciones renales, neurológicas y visuales, además de una reducción significativa de la esperanza de vida.
PREVENCIÓN: ATACAR LA CAUSA, NO SOLO LA ENFERMEDAD
La prevención de la diabetes tipo 5 pasa por combatir la desnutrición crónica y las desigualdades estructurales en salud. Los expertos recomiendan:
- Mejorar la nutrición materna y neonatal.
- Fortalecer los programas de alimentación infantil.
- Garantizar la seguridad alimentaria en comunidades vulnerables.
- Reducir la pobreza y las infecciones recurrentes.
Las políticas públicas orientadas a la nutrición temprana y al acceso universal a la atención primaria pueden disminuir drásticamente la incidencia de esta forma de diabetes y aliviar la creciente carga global de la enfermedad.
"Reconocer la diabetes tipo 5 es reconocer el rostro metabólico de la pobreza", señaló un portavoz de la FID. "Ahora sabemos que la lucha contra la desnutrición es también una lucha contra la diabetes".