El presidente electo de los Estados Unidos destacó que confía en que acciones como el estímulo a la generación de energía
Por: Brayam Chávez
Donald Trump, el presidente recientemente electo de Estados Unidos, se comprometió durante su campaña a disminuir los costos de los alimentos como una de sus prioridades. No obstante, en una entrevista con Time después de ser reconocido como "Persona del Año", Trump reconoció que realizar esa promesa será una labor "muy difícil".
"Es difícil derribar los precios una vez que están en pie."
¿UNA PROMESA FALSA?
Cuando se le cuestionó si consideraría su gobierno un fracaso si no consiguiera cumplir con esta promesa, Trump eludió una respuesta directa y afirmó que los elevados precios son un legado de la administración de Biden-Harris, resaltó ABC.
"Mira, ellos los han levantado. Me gustaría derribarlos. Es difícil derribar las cosas una vez que están en pie. Ya sabes, es muy difícil", expresó Trump. No obstante, resaltó que confía en que acciones como el fomento de la producción de energía y la optimización de las cadenas de suministro podrían contribuir a reducir los gastos.
"La energía los va a derribar. Una mejor cadena de suministro los va a derribar. Ya saben, la cadena de suministro sigue rota. Está rota" afirmó.
LA ECONOMÍA FUE UN FACTOR CLAVE EN SU VICTORIA ELECTORAL
En la campaña, Trump empleó los costos de los productos esenciales como un argumento principal para cuestionar a la gestión en funciones.
En una conversación anterior con NBC, afirmó que obtuvo la victoria en las elecciones "en la frontera y en el mercado de comestibles".
"Es una palabra muy sencilla: comestibles. Cuando compras manzanas, tocino o huevos, el precio se duplicaba o triplicaba en un corto período de tiempo. Gané una elección basándome en eso. Vamos a reducir esos precios mucho", dijo.
De acuerdo con las encuestas realizadas a pie de urna, la economía resultó ser el elemento crucial para numerosos votantes.
LAS APUESTAS DE TRUMP
Trump sostuvo que su táctica para disminuir los gastos se enfocará en incrementar la producción de energía a nivel nacional y en imponer tarifas aduaneras a productos importados, especialmente de China, México y Canadá.
No obstante, esta reciente propuesta ha suscitado inquietud entre los economistas, quienes señalan que los consumidores podrían acabar abonando costos más elevados debido a los aranceles. México y Canadá, los socios comerciales más importantes de Estados Unidos en materia de agricultura, podrían ser directamente impactados por estas acciones.