Cuál es la mejor opción para poner tus neumáticos garantizando una mayor capacidad y seguridad a tu automóvil
Por: Araceli Rodríguez
El cuidado adecuado de las llantas es fundamental para garantizar la seguridad en las carreteras. Estos componentes son el único contacto directo entre el vehículo y la superficie del camino, influyendo crucialmente en la estabilidad, el control y la capacidad de frenado del automóvil.
Una pregunta recurrente entre los conductores al momento de reemplazar las llantas es dónde deben colocarse las nuevas: ¿en el eje delantero o en el trasero? Aunque pueda parecer una elección trivial, esta decisión tiene implicaciones significativas para la seguridad y el rendimiento del vehículo.
EL MANTENIMIENTO DE LAS LLANTAS
Mantener las llantas en buen estado no solo se trata de verificar la presión regularmente, sino también estar seguro de que tengan el desgaste adecuado y reemplazarlas cuando sea necesario.
Los neumáticos en condiciones óptimas ofrecen mejor tracción, maniobrabilidad y capacidad de frenado, aspectos cruciales para evitar accidentes, especialmente bajo condiciones climáticas adversas.
A menudo, los conductores prestan más atención a las llantas delanteras, responsables de la dirección y, en la mayoría de vehículos, también de la tracción. Sin embargo, las traseras juegan un papel igualmente crucial. Descuidar cualquiera de los dos ejes puede resultar en una pérdida de control del vehículo, aumentando el riesgo de derrapes y accidentes.
Es esencial entender que la distribución adecuada de los neumáticos nuevos puede influir directamente en la estabilidad general del automóvil. Expertos en seguridad vial aconsejan generalmente montar las llantas nuevas en el eje trasero, incluso si se cambian solo dos neumáticos a la vez. Esto se debe a que neumáticos traseros con buen agarre reducen el riesgo de pérdida de control y derrapes repentinos, mejorando así la seguridad del vehículo en todas las condiciones de manejo.
Es importante considerar el reemplazo de neumáticos, no solo evaluar el estado de las llantas delanteras, sino también dar la misma prioridad a los traseros para mantener un equilibrio adecuado de manejo y seguridad en la carretera.