El pueblo israelí preserva la observancia de la ley, por lo que el sacrificio de animales tiene una forma y una herramienta especial
Por: Edel Osuna
La alimentación kosher no es un invento del pueblo judío, sino que está consignada en La Torá o el Antiguo Testamento, y es un término que aplica a los que cumplan con las leyes establecidas en la Ley de Moisés, a fin de que se consideren aptos para consumo humano.
Además, el vocablo proviene del idioma hebreo "kasher", cuyó significado es "puro" o "correcto".
Ahora, de acuerdo con la ley judía, no cualquier animal se puede comer, sino sólo los que Dios estableció, los cuales deben pasar por un proceso de sacrificio a fin de que el animal no sufra.
En el caso de la carne kosher, término muy conocido en el mundo, en especial en el pueblo de Israel, los judíos cuentan con una lista de sellos que certifican que el animal es sacrificado de una forma especial.
No obstante, en realidad ¿qué es la carne kosher? y ¿cuáles son las reglas que la definen? Así las cosas, a continuación te explicamos el proceso para que el animal no sufra.
ANIMALES PERMITIDOS POR LA TORÁ
Lo primero que se debe conocer es si el animal es kosher; es decir, si la carne es apta para comer, ya que hay animales que no lo son. Estos deben tener algunas características invariables: mamíferos y aves. Los primeros deben ser rumiantes y de pezuña partidas como vacas, borregos cabras y venados. Los caballos, conejos, camellos o cerdos están fuera. Entre las aves, 24 especies no pueden ser consumidas, como las de rapiña, en cambio pollos, patos, gansos o palomas pueden comerse.
SHEJITÁ: SACRIFICIO DEL ANIMAL
Ahora bien, este punto también es fundamental para determinar si una carne es kosher, es importante que el animal debe ser sacrificado en el ritual judío llamado "shejitá", que lo puede practicar un carnicero especializado conocido como "shojet".
Entre los trabajos de la shejitá es bajar al máximo el dolor del animal al morir; para ello, el cuchillo que se usa debe estar perfectamente afilado, sin ranuras, ni imperfecciones que puedan rasgar la piel del animal en vez de cortarlo.
El carnicero prueba la hoja con su uña antes de emplearla, para lo cual debe recorrer la uña sin detenerse. Si el cuchillo está bien afilado, procede a matarlo deslizando el cuchillo rápida y continuamente, cortando tráquea, esófago y venas principales del animal en un solo corte; el animal muere y se desangra instantáneamente, antes de sentir dolor.