Anciano llora la muerte de su querido caballo

El hombre consideraba al animal como su compañero y familia; "Gracias caballito por todo lo que hiciste"

Por: Edel Osuna

Un hombre, que tenía un gran cariño por su caballo, sufrió de rodillas la muerte del animal, pues lo consideraba su compañero y su familia.

Don Carmelo es un vendedor de productos lácteos en el municipio Ahuachapán, El Salvador, y en medio de un mar de lágrimas se despidió de su querido "Trenecito", que por nueve años fue su compañero de trajines y andanzas.

Ahí, a media calle, Don Carmelo, de 70 años de edad, se arrodilló, elevó sus manos entrelazadas al cielo y lloró por la pérdida del noble corcel.

"Me hinqué en el pavimento para darle gracias a Dios por los días que me lo había prestado. Era mis canillas porque no puedo caminar. Después de Dios, me ayudaba para mantener a mi esposa", señaló a medios salvadoreños.

Asimismo, contó que su mujer también rompió en llanto, pues ambos son ancianos. "Los dos nos pusimos a llorar... no puedo, de nada me serviría hacer venta, como no puedo caminar".

Dijo que las patas de su caballo se habían convertido en sus pies y algunos vecinos le dijeron que se lo cambiaban o compraban, pero por el afecto que sentía por el animal siempre respondía que no.

El septuagenario recorría junto al equino las calles de Ahuachapán, ofreciendo a los pobladores los productos que elaboraba.

Tres años antes, los achaques propios de la edad empezaron a mellar la salud y condición física de Don Carmelo, a quien las reumas se le agravaron, dificultando su caminar; en ese trance, su caballo fue fundamental para las agotadoras jornadas.

Conmovidos por la situación de la pareja de abuelitos, quienes perdieron a su "motor" de trabajo, los vecinos les brindaron apoyo, pues "Trencito" fue sepultado en la planta de transferencia de Ahuachapán, pues Don Carmelo no contaba con un espacio para sepultarlo.

Asimismo, y a fin de que los ancianos continuaran siendo independientes, juntaron recursos para comprar para Don Carmelo un nuevo caballo, al que llamaron "Justiciero"; sin embargo, el venerable anciano dijo que jamás olvidaría a "Trenecito", a quien siempre tendrá en su corazón.

"Gracias caballito por todo lo que hiciste", puntualizó el abuelito.