Gasto billonario de Peña

Por: Eduardo Sánchez

Durante el Go­bierno de En­rique Peña Nieto, la Se­cretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) subestimó de manera sis­temática sus ingresos, lo que le permitió gastar 1 billón 823 mil millones de pesos de manera dis­crecional, es decir, fuera del control y monitoreo de la Cámara de Diputa­dos.


De acuerdo con el Ins­tituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la mayor parte de este gasto discrecional se con­centró en el opaco Ramo 23, que derrochó un bi­llón 371 mil millones de pesos –un 81% más de lo presupuestado-- en trans­ferencias de recursos a estados y municipios.

Se conoce al Ramo 23 como una herramienta para comprar la lealtad de los gobiernos locales y legisladores, o para casti­gar a los opositores.


A la par, el gobierno de Peña Nieto agravó las finanzas del país: la SHCP –que fue dirigi­da por Luis Videgaray Caso, Meade y José An­tonio González Anaya- adquirió 2 billones 930 mil millones de deudas, por lo que ahora México debe reembolsar 8 billo­nes 863 mil millones de pesos, equivalentes a un 35.3% de su PIB.

Tan sólo en 2018, las secretarías de Turismo, de Energía y la Oficina de la Presidencia re­basaron en más de un 100% sus presupuestos aprobados durante el sexenio.

La oficina de Peña Nie­to incluso gastó un 981% más en suministros y materiales respecto a lo que tenía programado, y la Secretaría de Desarro­llo Social (Sedesol), por la que pasaron Rosario Ro­bles Berlanga, José An­tonio Meade Kuribreña, Enrique Miranda Nava y Eviel Pérez Magaña, disparó en un 511% sus gastos en servicios gene­rales.