El costo de fabricación de un billete mexicano está condicionado por diversos factores
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
Desde 2013, la Junta de Gobierno del Banco de México concedió la autorización a la Dirección General de Emisión para emprender las labores de diseño, fabricación y emisión de una nueva serie de billetes (familia G), la cual se encuentra actualmente en circulación.
Las características generales de los billetes (tonalidades, elementos de seguridad, dimensiones y materiales), así como su temática denominada "Identidad histórica, patrimonio natural", fueron ratificadas en agosto de 2015, también por la Junta de Gobierno.
No obstante, es probable que muchos hayan indagado alguna vez acerca del costo de producción de cada billete y los materiales utilizados.
COSTO DE PRODUCCIÓN
El costo de fabricación de un billete mexicano está condicionado por diversos factores, tales como el volumen anual a producir, el valor de la materia prima (substrato y tintas), así como los elementos de seguridad y los procesos de impresión, lo que implica que pueda variar. No obstante, en el presente, el costo promedio de producción se estima alrededor de 1.4 pesos por billete.
Los billetes de $500 y $200, al ser los de mayor demanda, se elaboran en papel 100% algodón y cuentan con un tratamiento especial para incrementar su durabilidad. Mientras tanto, el billete de $1000 se confecciona también con papel 100% algodón, y el de $100 se realiza con polímero.
Las denominaciones de $500, $200 y $1000 no se fabricaron en polímero debido a que, al considerar su nivel de uso junto con la durabilidad de sus materiales y el costo de producción por denominación, se concluyó que solo para las denominaciones más bajas ($20, $50 y $100) resulta económicamente viable el uso de polímero.
MATERIALES Y USO
Según la información proporcionada por el Banco de México, la decisión de no emplear el polímero en todos los billetes se basó en la evaluación conjunta del nivel de uso, la durabilidad de los materiales y el costo de producción por denominación, concluyendo que solo para las tres denominaciones más bajas ($20, $50 y $100) el uso de polímero representa una relación costo-beneficio favorable.
Es importante destacar que, en el caso de los billetes de papel, se estima un aumento promedio de al menos un 10% en su vida útil en comparación con los antiguos billetes (Familia F). En cuanto al billete de $100, fabricado en polímero para la nueva familia, se prevé un incremento en su vida útil de aproximadamente el 50%.