Washington acusa a China de aprovechar el T-MEC para colocar mercancía en su mercado vía México sin pagar aranceles
Por: César Leyva
La industria automotriz mexicana encendió las alarmas ante la posibilidad de que el Congreso apruebe nuevos aranceles a las importaciones provenientes de China, medida que podría frenar la producción de vehículos en el país.
De acuerdo a un artículo de El Financiero, fabricantes y proveedores advierten que el sector depende ampliamente de componentes electrónicos chinos, especialmente de las pantallas táctiles que hoy son estándar en prácticamente todos los modelos nuevos.
La presión para replicar la postura de Estados Unidos frente a Beijing ha llevado a legisladores mexicanos a considerar incrementos arancelarios.
Sin embargo, el sector automotriz, uno de los pilares de las exportaciones nacionales, enfrenta una fuerte vulnerabilidad que radica en la necesidad de sustituir estos insumos tomaría años y requeriría inversiones millonarias en maquinaria, capacitación y desarrollo de nuevas cadenas de suministro.
DEPENDENCIA DE AUTOPARTES HECHAS EN CHINA
Aumovio, proveedor alemán que fabrica pantallas en Guadalajara para gigantes como Ford, General Motors y Stellantis, advirtió que la dependencia actual de componentes chinos es crítica. Carlos Gómez, director de compras de la firma, señaló que levantar una red alternativa no es viable en el corto plazo.
Desde la Cámara de Comercio México-China, Amapola Grijalva insistió en que las partes electrónicas, baterías y componentes fotovoltaicos son especialmente difíciles de conseguir fuera de China, debido a la eficiencia y escala que ese país ha alcanzado en su producción.
IMPLICACIONES MÁS ALLÁ DE LO ECONÓMICO
El debate también tiene implicaciones geopolíticas y comerciales. Washington acusa a China de aprovechar el T-MEC para colocar mercancía en su mercado vía México sin pagar aranceles, mientras que analistas consideran que la propuesta arancelaria de la administración de Claudia Sheinbaum busca alinearse con Estados Unidos y proteger a productores nacionales.
El déficit comercial con China, que el año pasado alcanzó los 120 mil millones de dólares, añade presión al tema.
Aunque la mayoría de la industria percibe riesgos, algunas empresas vislumbran oportunidades. La acerera Kold Roll, por ejemplo, afirmó que la disrupción podría abrir espacio para productores locales.